Jesús Molina, delante de la pared pintada con un material que debería ser revisado, posa con la llave del solar que ya está desokupado. | Click

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Volvemos de nuevo al domicilio de Jesús Molina, vecino de la calle Manacor, en esta ocasión por algo sorprendente, tanto por cómo se han desarrollado los acontecimiento como por cómo queda, de momento, la cosa.

Hace unos meses contamos que Molina vive en una finca que linda con un solar, propiedad de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), un espacio habitado por un okupa desde hace tiempo, individuo que suele invitar a amigos a torradas que, casi todas, terminan a las tantas de la madrugada alterando el sueño y acabando con la paciencia de los que viven en el bloque.

El vecino ha pedido al dueño del terreno que lo valle, pero no le hacen caso.

Se marchó el okupa

«El 010 está lleno de mis denuncias y las de mis vecinos, de las cuales el Ajuntament, tanto el actual como el pasado, tiene constancia, pero a las que no han hecho el menor caso. Denuncias, además, puestas en Cort, en la Policía Local y en la Conselleria de Sanitat i Salut. Esta me contestó hace dos años diciéndome que este asunto competía a Cort. Y mientras tanto, los unos por los otros, la casa sin barrer…».

En estas semanas, Molina habló con el okupa en cuestión y le dijo que quería entregar la llave a la propiedad del solar e irse a otro lugar, pero nunca estaba en condiciones de hacerlo, puesto que la fiesta «podía con su voluntad»…

En el fondo del solar hay dos espacios construidos a mano: uno para la ducha y el otro para dormir. Además encontramos menaje, cocina, basura... ¡Un caos!

«Pero hace unos días veo que se ha ido. Así que bajo al solar, echo un vistazo para asegurarme de que no hay nadie, salgo y pongo un candado en la puerta a fin de que no vuelva a ser okupado… Pero al día siguiente, la cadena sujeta por el candado ha sido cortada y observo que en el interior hay dos personas. Llamo a la Policía Nacional, llega enseguida, y se las lleva. Compro otra cadena, con otro candado, y vuelvo a cerrar. Inmediatamente después, me pongo en contacto con la SAREB que, como he dicho, es propietaria del solar, para decirles que ya no está okupado, que lo he cerrado, que tengo la llave para entregársela y que mientras tanto lo limpien y lo vallen… ¡Ah!, y que comprueben si el material con el que han pintado la pared lateral de la finca donde vivimos para evitar humedades es inflamable, que me temo que sí, algo que, si se confirma oficialmente, es un peligro para los que vivimos. Pero en la SAREB pasan de mí. Ni caso me hacen. Así que me fui al Juzgado de Primera Instancia número 1 de Palma, Juicio Verbal número 26/2024, compareciendo ante el secretario judicial. Puse a disposición de la propiedad del solar la llave del mismo, haciendo hincapié en que se les requiere para que acepten dicho ofrecimiento y cumplan con lo dispuesto    en el artículo 25 de la Orden Municipal de Limpieza y Desechos Urbanos, y que también coloquen el vallado del solar, todo de acuerdo a la normativa vigente. También he pedido que quiten los dos postes que hay en la acera sosteniendo cables de electricidad, de lo que quedo a la espera».

Ha puesto un candado en la verja.

Revisar la pared

Con Molina entramos en el solar, le echamos un vistazo y comprobamos que de momento sigue desokupado, pero que puede ser okupado otra vez y más si no se tapia debidamente, puesto que la valla que tiene ahora, cubierta por una redecilla de color verde, es frágil. Es más, a través de uno de sus laterales no es difícil entrar. Una vez dentro, nos llama la atención una vieja y sucia cocina de gas, con manguito para la bombona, aunque esta no la vemos por ninguna parte. En el fondo hay un pequeño habitáculo con dos colchones y una ducha con plato. En ellos el desorden es total. Vemos también un sofá, una mesa, varias sillas, bolsas repletas de latas de cerveza vacías, ropa, diversos utensilios de cocina esparcidos por todas partes, una torradora de carne tirada en el suelo, tomates y frutas medio podridas, restos de hogueras… El caos, vamos. Y en cuanto a la pared de la finca vecina, en la que vive Molina, observamos que más que pintura lo que tiene es una capa de medio centímetro de grosor de un material, a simple vista, fácilmente inflamable, «por lo que no estaría de más –sugiere–, que el jefe de bomberos de Palma se acercara, la viera y decidiera».

PP y Vox ya están enterados

Molina, licenciado en Derecho y Procurador en los Tribunales hasta que se jubiló, no habla en balde. «Por lo cual, si hubiera un incendio a causa de esta pared, podría denunciar a los responsables por negligencia. Y en cuanto a lo demás el Ajuntament, una vez desokupado, tiene la obligación de exigir a la propiedad del solar que lo valle, lo cierre, lo limpie y ponga todos los medios a su alcance para que no vuelvan a instalarse otros individuos. Y al referirme al Ajuntament incluyo al actual gobierno municipal, a Vox –ambos, antes de hoy, ya tienen conocimiento de esta situación– y también el anterior, puesto que el problema viene de muy lejos».