Una joven pareja en las Islas. | Josep Bagur Gomila

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El 10,1 % de los adolescentes ha sido víctima de conductas de control en sus relaciones de pareja, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación «la Caixa». El estudio «Violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes», hecho público este lunes, define como «violencia de control» aquellos comportamientos donde se limita la relación de la pareja con sus amistades, se le impide reunirse con otras personas o se le revisa el teléfono móvil, entre otras conductas.

Para la elaboración de este estudio se han analizado las respuestas de una muestra de 4.004 jóvenes escolarizados, de los cuales el 51,2 % son chicas; el 46,2 % chicos y el 0,9 % se identificaron como otros. Esta investigación, liderada por los investigadores Noemí Pereda, Marta Codina y Diego A. Díaz-Faes, de la Universitat de Barcelona (UB), revela que las chicas de entre 14 y 17 años declaran más victimización por violencia de control que los chicos.

Así, el 13,3 % de las jóvenes se sienten sometidas a este tipo de coacciones en sus relaciones sentimentales, frente al 7,1 % de los chicos. «La tasa de conductas de control que se ha obtenido en el estudio es muy similar a la encontrada en otros estudios nacionales previos e incluso en otros estudios europeos», ha señalado Pereda. La investigadora ha añadido que este tipo de violencia se encuentra «muy relacionada con una visión muy tradicional y patriarcal de lo que se supone que es el amor romántico».

El estudio revela que, si bien las chicas encuestadas reportan una mayor tasa como víctimas de conductas de control, también indican que controlan a sus parejas en mayor medida. Así, teniendo en cuenta la tasa de perpetración de violencia de control por sexos, el 4,2 % son chicas y el 1,9 %, chicos. «Este resultado, que puede parecer contradictorio, tiene su explicación en el modelo educativo que ha primado en los últimos años respecto a la violencia en las parejas adolescentes y que ha generado que muchas chicas sean más sensibles a reportar estas conductas», ha explicado Pereda.

«Sin embargo, es probable que los chicos reporten menos sus conductas de perpetración a causa del mayor rechazo social que reciben cuando dicen cometerlas», ha añadido. En comparación con otras violencias (como la sexual o las agresiones), la de control es la que más prevalece en ambos sexos, algo que se explica por el periodo estudiado: la adolescencia.

«Es el período vital en el que las conductas antisociales son más comunes en ambos sexos, chicos y chicas, y se considera la etapa más homogénea entre géneros en este sentido; así, la violencia bidireccional en las parejas adolescentes es proporcionalmente más común que en las parejas adultas estables, pero no tiene por qué cronificarse ni llegar a etapas posteriores del desarrollo», ha destacado Pereda.