‘Sa jaia Corema’ tiene su propia versión de repostería

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Una vez iniciada la Cuaresma, cabe recordar una de las tradiciones más antiguas de Mallorca referentes a este período, referida a ‘sa jaia Corema’, representación gráfica de esta época, que llamaba mucho la atención de los más pequeños. Se trataba de la figura de una mujer de avanzada edad, con siete pies, que significan las siete semanas que dura la Cuaresma. Porta en una mano un bacalao y en la otra una cesta, con alimentos propios de esta época.

Su versión más dulce es obra del pastelero mallorquín Rafel Solivellas, del Forn Can Rafel de Búger, pionero en su elaboración y persona amante de la tradición. «En casa las elaboro desde que empieza la Cuaresma hasta el Viernes de Dolores, o sea todo en tiempo de Cuaresma. Me gusta hacer estas dulces piezas para que no se pierda esta costumbre y lo mejor es hacerla en un formato simpático, dulce y agradable a los más pequeños».

Rafel Solivellas, del Forn Can Rafel de Búger.

Formas y colores

Para hacerla más atractiva Rafel comenta que «la masa lleva como ingredientes: harina, huevo, manteca, azúcar y un poco de agua. Viene a ser la misma que utilizamos para hacer las rises. En cuanto tenemos la masa base, la parto en porciones para agregar a cada una el color alimentario para lograr el vestido, que en este caso es alegre y colorista. Cada pieza se obtiene de una plantilla que hace años me diseñó el maestro llauner de Porrerres, Biel Cortés». «Estas simpáticas piezas, las adquiere el público en general, no son patrimonio de abuelos o padrinos como por ejemplo, los rosarios. Habida cuenta de que esta especialidad la hacemos unos pocos, tengo por estas fechas muchos encargos y gentes que vienen a buscarlas desde distintos puntos de la Part Forana».

Según la tradición, como se recordará, esta figura se la recortaba en papel o cartón a los más pequeños y se colocaba visible en una estancia como el comedor o la cocina. Casa semana que pasaba, se iba eliminando un pie.