Un modelo con lanzador, al que va sujeto un salvavidas que se abre en la caída y que se suelta cuando recibe la orden del piloto. | R.L.

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Decíamos este martes que el alcalde de Palma, Jaime Martínez, se ha planteado utilizar drones para vigilar la ciudad desde el aire, y más cuando no hay muchos agentes de la Policía Local, como ocurre en Palma. Y sí, no estaría mal ese modo de vigilancia siempre y cuando se hiciera con el personal y los medios adecuados. Y estaría bien si se utilizara por las noches, que es cuando los grafiteros actúan. Pero no son los únicos, ya que también a esas horas es el mejor momento para identificar a los okupas –el pasado viernes, ya de noche, un individuo intentó okupar unos bajos de la calle General Ricardo Ortega, algo que no consiguió por la intervención de la Policía Nacional avisada por un vecino–, y también serviría para localizar a todo tipo de delincuentes. Por lo tanto, ¿es efectivo un dron para una vigilancia continuada a lo largo de la noche?

El dron sobre tierra

Hemos hablado del asunto con José Gomis, piloto de drones, con título conseguido en la Escuela de Pilotos Panamedia (cuenta con los permisos A-1, A-2 y A-3), lo que le permite pilotar drones para largas distancias, que es lo que necesitaría el Ajuntament de Palma. Según nos cuenta, un dron para este cometido puede costar unos 2.000 euros, más complementos (paracaídas, que son obligatorios para volar en zonas urbanas, dos baterías cada uno, filtros para la cámara...), porque lo que es la pantalla y el mando a distancia van incluidos en el precio.

José Gomis, experto piloto de drones, nos explica cómo podría vigilar desde el aire lo que está sucediendo a ras de tierra.
José Gomis, experto piloto de drones, nos explica cómo podría vigilar desde el aire lo que está sucediendo a ras de tierra.

Aparte, cada dron, sobre todo si vuela en ciudades –señala Gomis–, precisa un seguro obligatorio de responsabilidad civil por daños de hasta un millón de euros y un permiso del Ajuntament. Además, antes de volar se debe notificar a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) adjuntando el permiso del Ajuntament, el seguro, el plan de vuelo, la zona a cubrir y el tiempo de la operación, entre otros datos.

Teniendo en cuenta que Palma tiene una superficie de 208,6 kilómetros cuadrados, se precisarían –según Gomis– unos ocho pilotos: «Aunque todo dependerá –matiza– de lo que se quiera controlar». En cuanto al tiempo, también puede oscilar… Pongamos que pudiera ser desde que oscurece hasta que amanece. Durante estas horas, cada piloto hará volar el dron sobre su zona, teniendo en cuenta que la autonomía del mismo suele ser de unos 45 minutos, por lo que, antes de que finalice ese tiempo, debe de hacer que regrese para cambiarle la batería. Una vez hecho el cambio –la operación no debe de durar más de cinco o seis minutos–, se manda a volar de nuevo. «Generalmente –puntualiza Gomis– a los drones los puedes programar para que regresen solos, con lo que el piloto, en el caso de distraerse, no tendrá problemas». Y otra cosa más, el piloto que maneja el dron tiene que contar con un espacio amplio, para que este pueda despegar y aterrizar sin problemas.

¿Qué pasa si el dron descubre, por ejemplo, a unos grafiteros pintando una pared? Pues como el piloto, a través de la pantalla, lo estará viendo, llamará a la policía y le indicará el lugar. Así de simple. Por eso, si se cuenta con los drones suficientes, y estos son manejados debidamente por personal cualificado, el dron puede ser un buen vigilante.

Tanto para hacer volar el dron, como para que este aterrice sin problemas, es necesario disponer de un espacio más o menos amplio.
Tanto para hacer volar el dron, como para que este aterrice sin problemas, es necesario disponer de un espacio más o menos amplio.

Sobre el mar

Pero es que hay más en cuanto a la utilidad del dron, «ya que los equipos de salvamento de las playas pueden tener en él al mejor aliado –nos dice el experto–. Imaginémonos una persona que está luchando por no ahogarse a trescientos metros de la orilla. Si el vigilante de la torre le ve, avisará al personal de salvamento para que en moto acuática, o en lancha, inicie la operación de salvamento que, por mucha que sea la rapidez con que actúen, llevará un tiempo… Pues bien, si tienes disponible un dron que lleve sujeto un salvavidas plegado, a nada que divises la incidencia, haces que vuele en esa dirección y una vez que llegue, a través de la lente cenital, lo colocas sobre la persona y sueltas el salvavidas que a medida que va cayendo se va abriendo, con lo cual ganas un tiempo valioso hasta que llegue la lancha, con los socorristas. A este tipo de dron hay que colocarle lo que se llama el lanzador, al que va sujeto el salvavidas; lanzador que lo suelta cuando desde el mando se lo ordenas».

En el mercado hay variedad de lanzadores y salvavidas plegados, incluso flotadores. Aunque claro, esta última opción de Gomis es solo una idea más.