Marc Cantallops, diseñador de 'Iràs i no tornaràs'.

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«El imaginario de las rondalles es bestial. No tienen nada que envidiarle a ninguna mitología folclórica; tienen la misma envergadura que los cuentos de los hermanos Grimm. Nuestros héroes son protagonistas en sus historias; las localizaciones están extraídas del aplec, y la premisa es jugar una rondalla», explica Marc Cantallops, diseñador de Iràs i no Tornaràs, un juego de mesa inspirado en los cuentos populares recopilados por Antoni Maria Alcover, y que cuenta con las ilustraciones de Aina Llobera, el diseño gráfico de Erika Godino, y el asesoramiento lingüístico de Llucia Serra.

Después de más de dos años de trabajo, de muchas pruebas y constante reescritura, han culminado el juego. «Afinar detalles y que todo sea coherente es un proceso muy largo. En la industria se dice que el 20 por ciento del juego te costará un 80 por ciento del tiempo. El proceso de testeo es obligatorio y siempre lleva más trabajo de lo previsto: lo que tenías en la cabeza no se ajusta a cómo se desarrollan las partidas o cómo se entiende el juego», explica el diseñador.

Al principio del proyecto, la Institució Antoni Maria Alcover financió la ilustración de los héroes, y recientemente han recibido una ayuda de la Generalitat de Catalunya, destinada a juegos cuya primera edición sea en catalán. El pasado sábado, los jóvenes lanzaron una campaña de Verkami, «para financiar lo que nos falta y establecer un primer contacto con el cliente». Y no ha ido nada mal: en cuatro días han logrado más de cien de aportaciones y han recaudado cerca de seis mil euros.

El juego

Se trata de un juego colaborativo, con una duración aproximada de una hora, en el que los jugadores, de dos a cuatro, cooperan para vencer al dimoni. «Es un formato muy popular a nivel internacional. Se inspira en juegos como Pandemic o incluso Dragones y Mazmorras; he jugado mucho a este último, he sido máster, es una experiencia que vale la pena vivir. Quería un juego que replicase esa experiencia, pero de forma simplificada, para llegar al público general que no quiera enfrascarse en un libro de reglas de cien páginas», explica Marc, que desgrana el juego. «Lo primero es reunirse con un grupo de amigos. Para empezar a jugar escoges una de las rondalles incluidas, que configurará las casillas del mapa, la narrativa de la partida y las pruebas a resolver. Cada jugar escoge un héroe y puede empezar a jugar. En cada turno, el jugador dispone de dos acciones: explorar, caminar, recolectar e intercambiar recursos u objetos de tu bolsa. Al final del turno, se toma una carta del dimoni y, normalmente, tendrás que superar una prueba de virtud. Debes igualar o superar su dificultad con los dados», detalla Cantallops.

El pasado sábado, los jóvenes lanzaron una camapna de Verkami.
El pasado sábado, los jóvenes lanzaron una camapna de Verkami.

«Lo hemos diseñado para que, entendiendo cómo se juega, los jugadores puedan completar la partida. Pero sí tiene un factor azaroso, como es la composición del mapa: la localización de cada casilla es azarosa; aunque juegues la misma rondalla, nunca será igual». Por el momento, son tres las rondalles que componen en juego, «aunque, si llegamos al objetivo de financiación, desbloquearemos otra rondalla, y en el futuro nos encantaría sacar expansiones, con nuevos héroes, rondalles y cartas del dimoni», explica Cantallops. El diseñador y profesor de Mecánica de Juego en la Escola d’Art i Superior de Disseny de les Illes Balears comenta el buen estado en el que se encuentran los juegos de mesa, «en su punto más álgido de la historia moderna gracias, o por desgracia, de la pandemia. Surgieron como una forma de ocio doméstica y asequible a nivel económico. Desde la pandemia, el índice de venta de juegos de mesa se ha triplicado».

Cabe destacar que el juego ha sido diseñado para mayores de doce años, con el objetivo de diversificar el contenido creado a partir de las rondalles. «Casi todo estaba enfocado al público infantil, o bien a un público adulto y experto. Buscábamos dirigir el juego al público general; devolverle las rondalles al pueblo porque, al fin y al cabo, son cuentos populares», razona Cantallops, quien también argumenta que el juego puede ser una gran herramienta educativa. «La mayoría de integrantes del equipo somos profesores, y los diseñamos para que pudiese ser utilizado en las aulas. Un buen uso sería para dinamizar clases y aprender catalán de forma lúdica: hemos jugado con inmigrantes adolescentes y, solo por la emoción del juego, no tenían ninguna dificultad en leer en catalán. Queremos fomentar la autoestima por nuestra lengua, y que otros puedan acceder a nuestra cultura», sostiene Cantallops.

Además de poder hacerse con un ejemplar de Iràs i no tornaràs a través de la campaña de Verkami, más adelante los interesados podrán adquirir el juego en comercios locales, como Melicotó, en Palma; Món de llibres, en Manacor, o Aspirafocs, en Inca, y en tiendas especializadas de Palma, como Ludicón, Never Winter o Gotham. «Aunque el juego tiene potencial y nos gustaría que saliese de Mallorca. Primero, distribuyéndolo en territorios de habla catalana y, más tarde, traduciéndolo a otras lenguas, empezando por el castellano, y después al inglés, francés y alemán», concluye Cantallops.