Raisa Beerens y Fernando Segura. | Ultima Hora

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Vivir en Mallorca es probablemente el sueño de toda la vida para muchos alemanes, de ahí que en Hittfeld, cerca de Hamburgo, pocos puedan entender el camino inverso que decidieron emprender la pareja formada por Raisa Beerens y Fernando Segura. «Todos se sorprenden y no lo entienden en absoluto», explica la joven de 20 años con una risa pícara. «A menudo nos preguntan por qué nos mudamos a Hittfeld», añade.

Desde hace varios meses, esta antigua vecina de la Colònia de Sant Jordi, vive cerca de Hamburgo con su novio Fernando Segura, ecuatoriano de nacimiento pero criado en Campos. Y desde noviembre, los dos regentan juntos el restaurante de tapas 777 en un hotel.

«Si siempre tienes la playa enfrente, en algún momento ya no lo notas. Llega un punto en el que no vas a la playa en absoluto», dice Raisa, describiendo sus sentimientos de hogar. «Creo que si eres de Mallorca, querrás vivir en otro lugar».

La decisión de la joven pareja no estaba planeada. Todo comenzó con unas vacaciones. «Solo nos quedaremos dos semanas, nos dijimos entonces», recuerda el mallorquín. Pero a la pareja le gustó tanto que simplemente decidió quedarse.

Raisa y Fernando encontraron trabajo en el sector de la restauración, en el que acumulaban varios años de experiencia en la Isla. La idea de emprender su propio negocio surgió de su padre, quien un día le preguntó: «¿No queréis abrir un restaurante?».

Desde entonces, Fernando ha estado en la cocina todos los días preparando algunas de las tapas más clásicas. «Las gambas al ajillo, así como las patatas bravas, son las más populares entre nuestros clientes alemanes», dice el chef de formación. Raisa se encarga del servicio. Trabajar juntos no les molesta. Forman un equipo que se complementa bien.

En su único día libre de la semana, siempre los martes, se van de excursión a Hamburgo, exploran la «zona hermosa» o dan paseos. Fernando se pone melancólico por un momento: «A veces es una pena que no haya sol. Pero así son las cosas», suspira. «También echamos de menos los atardeceres en la playa».

Para muchos es difícil de imaginar, pero Raisa y Fernando son muy felices en Alemania. Una y otra vez hablan de sus experiencias de los últimos meses: «Fue tan, tan grandioso cuando vi la nieve por primera vez», describe el ecuatoriano aún lleno de entusiasmo.