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Hace unos días conté que lo que fue la caseta del bar del parque Krekovic ha sido okupada por dos bereberes que no tienen techo, ni trabajo, ni ninguna paga. A raíz de esta publicación, un vecino del parque Wifi, en la plaza de la Guardia Civil, nos invita a que demos una vuelta por ambos para que veamos la situación actual «y para que denuncie usted», dice, una serie de irregularidades que hay. «El Ajuntament debería resolverlas ya. Irregularidades, algunas de ellas, heredades del anterior Ajuntament», asegura este ciudadano.

Columnas rotas

Seguimos al vecino, que primero nos lleva al parque Krekovic. Allí vemos que las zonas verdes como tal no existen, ya que son zonas en las que crecen a discreción plantas asilvestradas, que en algunos caminos se acumula la gravilla y que varios bancos están vandalizados. Además nos lleva, por la parte exterior del recinto, a que veamos como algunas de las columnas que son sostén de la valla metálica que lo rodea están rotas, y que lo roto sigue sobre la acera desde ni se sabe cuánto tiempo.

«Se rompe, porque cuando el parque se cierra, algunos intentan entrar y como no pueden por las puertas, lo hacen saltando la valla. Para eso lo que hacen es agarrarse a la parte alta de la columna y como eso sucede cada noche, esa parte termina cediendo y cayendo sobre la acera», nos explica. Es más, para que nos hagamos a la idea el vecino simula que salta la valla cogiéndose a la parte alta de la columna.

Peligro

Luego, nos lleva al lugar en el que se encuentra el armario de contadores junto a la CGP (caja general de protección). Y está en una pared externa, sobre la acera, con la puerta metálica abierta a todo quién quiera manipularla. Incluso niños. «Y si se fija en la numeración, el voltaje de la electricidad es de 380. Un peligro... Pues, ya ve, está, abierto», nos indica. Del Krekovic nos trasladamos caminando al Wifi, ya que están muy cerca.

«Si se fija –nos hace observar la blanca valla de corte modernista que lo rodea–, en algunos tramos, alguien ha hecho saltar uno o dos barrotes, dejando un hueco por el que una persona pasa al interior sin problemas».

Ya dentro andamos por los caminos que conducen a las distintas partes del recinto. Caminos de tierra mezclada con pequeñas piedras, que contrastan con las partes embaldosados que los comunican entre sí. «Como verá ahora que ha llovido –nos explica señalando el camino–, parte de estos están encharcados y enfangados, cosa que no sucedería si los hubieran asfaltado.»

¿Qué hacer ante tal panorama?

El vecino en cuestión no echa la culpa de lo que pasa en los dos parques al actual Ajuntament. «En realidad -dice-, la culpa la tienen este y el anterior. El de José Hila por permitir que el bar del Krekovic cerrara, tal vez por la inseguridad que hay en su entorno, por rodear el Wifi con una valla de barrotes fáciles de quitar, y por no asfaltar de forma adecuada los caminos de uno y otro. El de Jaime Martínez, por su parte, por no solucionar los defectos heredados: como mínimo colocar las barras que le faltan a la valla del Wifi, quitar las partes de las columnas caídas sobre la acera, cerrar la puerta de los aparatos electricos, sin olvidar que podría haber dado una segunda vida al bar del otro enclave, a base de dar seguridad en el entorno, de lo cual aun está a tiempo».

Por nuestra parte, tampoco tratamos de culpar a ningún color que gobierne, o que ha gobernado, sino recordar que muchas cosas están mal, por lo que hay que solucionarlas, pues para eso el pueblo los ha elegido.

Por eso le aconsejamos al actual alcalde y a Vox, su apoyo en el Consistorio, que se dejen de macroproyectos y que se ocupen de arreglar y ordenar lo que desde hace años está desarreglado y desordenado. Varios ejemplos los tienen esos dos parques.