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Lo que Leo Messi hace con los pies y el balón, Felipe Vessena lo hace con las manos y el café: puro arte. El propietario de las cafeterías de Palma Surry Hills y Hotto Coffee Lab se proclamó campeón del torneo Latte art throwdown, celebrado días atrás, en La Molienda con motivo del décimo aniversario de la cafetería. ‘Feli’, como le conocen, compitió contra 31 baristas en este peculiar torneo que consiste en hacer dibujos con la leche vertida sobre el café.

El jurado, formado por tres personas, lanzaba un dado con una de las figuras: cisnes, tulipas, rosetas o corazones. La taza que más se asemejara al dibujo es la que ganaba. «Es muy simple. No hay conocimientos técnicos, no se evalúa el dibujo más bonito o cosas como la simetría. El café les llegaba en una bandejita y ellos no tenían ni idea de quién lo había hecho. Votaban todos al mismo tiempo. Tenían la mano en alto y señalaban el café que creían que era el ganador», explica ‘Feli’.

«Son campeonatos que se realizan en todas las ciudades del mundo y lo que tienen de lindo es una parte social, de encuentro entre colegas». El torneo es como un mundial de fútbol, cuenta ‘Feli’. En el cuadro se enfrentaron 16 baristas en cada lado. Había un segundo dado, «que aquí llamaron el puteador», en el que los baristas tenían que hacer el dibujo con la mano menos hábil, a una sola mano o con otra persona sujetando la taza. «Todas las rondas fueron con leche de vaca, pero hubo alguna con leche de avena, que es un poco más difícil porque tiene menos cantidad de grasa y proteína, que es lo que se necesita para que la leche forme la estructura», cuenta ‘Feli’, un argentino de 34 años afincado en Mallorca.

Lo más difícil de la competición, organizada por La Molienda, Cafè Riutort y Cafeymas, fue la presión del público. «Hay 100 personas mirando, colegas baristas con muchos años de trayectoria. No gana el mejor haciendo latte art, sino el que mejor soporta los nervios. Esa es la dificultad número uno». ‘Feli’ jugó la final fuera de casa. Contra Marcos Vilderman, uno de los socios de La Molienda, la cafetería de especialidad que organizaba el evento. «La final fue Argentina contra Argentina, así que ganó Argentina», bromea. «Nos llevamos la copa del mundo a casa de nuevo» (ríe).

–¿Sonó el himno?

–No, pero sí que levanté la copa como Messi...

El trofeo era una escultura diseñada por Albert Comas Riutort en la que dos boxeadores con forma de leche emergen sobre una taza de café roja.