El escritor Juan Negreira.

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Juan Negreira es escritor y como está jubilado dispone de todo el tiempo del mundo para dedicarse a esta actividad, que inició en 1991 publicando Los baleares en la División azul. Desde esa fecha hasta hoy ha publicado 16 libros en los que aporta una gran cantidad de datos, fechas y nombres propios. Ahora está preparando la tercera edición de Menorca, 1936, violencia, represión y muerte, donde cuenta lo que hicieron los republicanos con los del otro bando.

Usted es como una memoria histórica vista desde el otro bando, el nacional, ¿no?
-Pues digamos que sí. Pero lo cierto es que lo que cuento a través de 800 páginas es verdad, pues son muchas las pruebas que tengo que ratifican todo lo que cuento. Sí, es un libro para no hacer amigos, pero de momento no he tenido ningún problema porque, repito, cuento lo que se hicieron unos a otros, rescatando sus propios testimonios y dándoles voz pues muchos serían fusilados por unos y otros.

El motivo de entrevistar a Negreira no es para hablar sobre la Guerra Civil, sino para que nos haga un adelanto de la conferencia que pronunciará junto a Albertí Dumas el próximo jueves, 30 de noviembre, en la Real Acadèmia Mallorquina d’estudis Històrics, Genealògics i Heraldics (calle Campaner, 4 de Palma). La conferencia dará comienzo a las 19.30 horas y girará en torno al servicio militar en la Mallorca del siglo XIX.

¿Cómo se le ocurrió la idea?
-Fue en el acto que hace unas semanas se celebró en es Born por parte de la Comandancia Militar, en el que se rindió homenaje a todos los soldados mallorquines de reemplazo que dieron su vida por su país, muchos de ellos a miles de kilómetros de Mallorca, puesto que me voy a centrar en los que fueron a Cuba y Filipinas, que no fueron pocos, tantos como 3200 y 1042, respectivamente. También pensé que no estaría mal ilustrar sobre todo a los más jóvenes sobre cómo era el servicio militar en aquellos años. Servicio militar, tanto en la isla como lejos de ella.

Tenemos entendido que si el joven adinerado pagaba por no hacer la 'mili', se libraba de ella.
-Sí, de acuerdo a la ley vigente por entonces, llamada Ley de Reclutamiento y Reemplazo, el joven se libraba de la 'mili' de tres formas: pagando a otro joven para que fuera en su lugar, pagando para no ir él, y fugándose, por lo que declaraba prófugo. Muchos de estos se fueron a vivir a Argel.

«Pretendo romper mitos y leyendas urbanas sobre el servicio militar»
Negreira en una imagen reciente.

¿Y fueron muchos los que se fugaron a Argel?
-No crea. El joven de entonces era muy distinto al de ahora. No tenía apenas nada, por lo que se levantaba a las cuatro de la madrugada para trabajar. Tampoco tenía coche, ni moto, como mucho un carro tirado por un burro. Por eso, muchos veían en la 'mili' una ocasión para salir de la isla, en la que se aseguraban tres comidas, un dinero, poco desde luego, y un techo. Uno de los soldados más conocidos de aquellos años fue Toni Bauzá Fullana, de Petra, uno de los últimos de Filipinas por lo que fue condecorado con tres cruces, que solía lucir en las fiestas del pueblo motivo por el que se le conocía como en Toni de ses Creus, y… Pues ya ve, fue un héroe, sin embargo en su pueblo no tiene ni una calle a su nombre, tan solo, desde 2016, una placa en cementerio donde está enterrado. Por cierto, Toni se presentó voluntario para ir a Filipinas estando en Barcelona, por lo que le pagaron una pequeña cantidad de dinero.

¿Qué otras cosas más pretende dando esta conferencia?
-Sobre todo romper mitos y leyendas urbanas sobre el servicio militar.

Explíquese.
-Pues voy a contar que no eran jóvenes inexpertos y sin ningún tipo de preparación, sino jóvenes que veían en la 'mili' una salida a la vida difícil que tenían en la isla donde, como he dicho antes, no había ni autobuses, ni coches, ni siquiera trabajo. Hablaré también de los uniformes… O mejor, será Albertí Dumas quien lo haga, pues es un experto en esta materia. Uniformes de rayadillo. Y, por supuesto, sacaré a colación el armamento que utilizaban como el máuser, que permitía cinco disparos, mientras que el de los norteamericanos disparaban de bala en bala.

¿Y hablará de los mallorquines haciendo el servicio militar en África?
-No, porque esta historia es posterior al siglo XIX. Y también porque no quiere hacer una exposición que superen los 50 minutos pues el público, si me extiendo mucho, se puede cansar. Eso sí, adelanto que será una conferencia muy viva, en que utilizaré fotografías que la ilustre. Por cierto, presentará el acto Miguel Deyá.