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El cocinero Ferran Adrià (Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 1962) revolucionó el mundo de la gastronomía y lo introdujo en una nueva era. Tras cerrar, hace 12 años el restaurante El Bulli y a sus 61 años de edad, asegura estar cargado de nuevas ideas poniendo el foco en la cocina japonesa. Apasionado de la gastronomía y productos de Mallorca, el próximo martes Ferran Adrià estará presente en la gran gala de los Premis Gastronòmics Mallorca, que distinguirán a empresas y profesionales del sector.

¿Es cierto que de no haber sido cocinero, le habría gustado ser futbolista?
-Sí, pero como a muchos niños de la época. Era lo normal, pero como futbolista no me habría ganado la vida.

Usted es la inspiración para muchos chefs… pero ¿quién fue su inspiración cuando comenzaba?
-Muchas personas, pero sobre todo los creadores de la nobel cuisine, fueron y siguen siendo mi referencia. Gente muy importante a nivel mundial.

¿Ha cambiado mucho la cocina?
-Es verdad que la gastronomía a cambiado mucho en los últimos 20 años, y hay mucha gente interesante en el mundo y algunas excepcionales y esos son a los que miro para aprender, recepcionar, estudiar para ir adelante.

En su día, de esto ya ha pasado algún tiempo, revolucionó el mundo de la gastronomía con nuevas técnicas. ¿Qué nos depara el futuro culinario de Ferran Adrià?
-El tema de crear nuevas técnicas, elaboraciones intermedias, no es fácil y precisamente en ese sentido se ha creado poco en los últimos diez años. Nunca un cocinero y una cocinera había tenido tantas posibilidades para cocinar. Nunca ha habido tantos productos, herramientas, técnicas, conocimientos de cocinas de otros países… y se basa mucho en el talento perceptivo y creativo. Vamos a ver un cierto conocimiento de cómo puede ser la cocina japonesa. Japón es un país que llevo tiempo estudiando. Es una de las cosas en las que he comenzado a trabajar después del verano y voy a estar dos o tres añitos, no para estudiarlo, porque estudiar la cocina japonesa no es fácil. Si me pregunta que país va a ser importante en los próximos años, le diré que China. Pero es lógico. Es la civilización más antigua que aún permanece. La Antigua Grecia o el Antiguo Egipto no existen, sin embargo la antigua China y la China actual tienen muchas similitudes.

Le atribuyen la invención de casi 2.000 recetas ¿Alguna vez deja de crear?
-Ahora, a mis 61 años de edad, estoy en una época en la que, después de todo el conocimiento que he adquirido en mi carrera, sobre todo en estos últimos años, tengo más tiempo que nunca para poder estudiar e investigar y comprender. El tiempo es lo más importante que hay.

Cada vez hay más gente con alergias e intolerancias...
-Esto es importantísimo. Y hay que tener un gran respeto. Es verdad que a veces cuando se come de degustación, con un menú de 20 o 25 pases, es muy complejo saberlo. Hay que tener empatía con todo esto y respeto. Hay gente vegetariana que cuando va a un restaurante y le hacen un menú se emocionan.

La revista estadounidense Time le incluyó en la lista de los 100 personajes más influyentes del mundo en el año 2004...
-Es el más alto de los reconocimientos que hay en cualquier profesión. El mejor no sé como se mide. El más influyente se puede medir sin problema.

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Ha sido galardonado en todo el mundo, pero ¿Le queda algún premio por recibir?
-Creo que tengo todos los que se pueden tener. Pero vamos, el ego lo tengo bastante cubierto. Yo siempre digo que hay que disfrutar de los premios porque ya habrá momentos no tan bonitos.

El restaurante El Bulli tuvo un papel importante en su vida, comenzó a trabajar allí tras el servicio militar y, pese a su extraordinaria trayectoria, lo cerró hace 12 años. ¿Se arrepiente de ello?
-No, no, para nada. Fue la decisión más acertada de mi carrera.

¿Qué cualidades debe mostrar un buen chef?
-Ser buena persona y sobre todo honesto. Especialmente cuando hablamos del máximo nivel. Para mí es una cualidad básica, y a partir de eso, merecen todos mis respetos. A nivel creativo es muy difícil ser honesto.

¿Qué papel, en su vida profesional, ha desempeñado la prensa?
-Ha sido súper importante. Tenga en cuenta que toda la revolución que empezó a mediados de los 90 fue a causa de unos periodistas que tuvieron la oportunidad de vivir un momento histórico, como también nosotros.

¿Dónde está el límite en la cocina?
-Donde uno se lo ponga. Sino te gusta el pescado crudo no vayas a un japonés. A veces nos gusta un poco el morbo de criticar porque es lo que mola.

¿Ha comido insectos? ¿Los incorporaría en sus creaciones?
-Una cigala, una gamba de Mallorca, si lo miras bien, son insectos. Yo he probado insectos y hay alguno interesante y otros son solo textura. Bueno, en mis creaciones, si hay alguno que pueda incorporar... Pero repito: una gamba, una cigala o una ostra viva también son insectos.

¿Qué productos destacaría o le gustan de Mallorca?
-La sobrasada y la ensaimada. Creo que son el símbolo de Mallorca y tenéis que estar orgullosos. Por supuesto no todo es sobrasada y ensaimada, pero creo que son elaboraciones únicas.

¿Y lo que no le gusta?
-No hay nada que no me guste, y si no me gustara, no lo diría. Pero no, no hay nada, sinceramente. El concepto de gustar es relativo.