A lo largo de la tarde, los participantes de las escuelas de verano protagonizaron nueve espectáculos. | Pere Bergas

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Qué sería del estío sin las escuelas de verano, reductos de descanso para padres y abuelos, y una buena oportunidad de hacer amigos y seguir aprendiendo para sus alumnos. El CEIP Camilo José Cela, en Palma, fue este miércoles el escenario del festival de las escuelas de verano de la Asociación de Madres y Padres de Personas con Discapacidad de Baleares (Amadiba), en las que han participado casi 300 personas de todas las edades. Amadiba es una entidad sin ánimo de lucro, creada en 1995 por madres de personas con discapacidad intelectual con el fin de responder a sus necesidades, dar apoyo a sus familias y favorecer su inclusión social. En el presente, la mayoría de personas atendidas por Amadiba tienen diagnóstico de TEA o de alteración de la conducta.

«Con este festival nos despedimos del verano. Es un día en que las personas con discapacidad, que tienen menos momentos para ser protagonistas, son las grandes estrellas de la velada, actuando frente a amigos y familiares, algo que les ilusiona mucho. Además, es una buena oportunidad para que las familias se reúnan en un ambiente informal y compartan su experiencia», señala la responsable de familias y comunicación de Amadiba, Marian Vives. De este modo, a las 20 horas se abrieron las puertas del centro educativo y fueron llegando los 600 invitados, entre los que se encontraban usuarios, familiares, profesionales y colaboradores de Amadiba. Asimismo, entre otras autoridades, al festival asistió la presidenta del Govern, Marga Prohens; la consellera de Families y Serveis Socials, Catalina Cirer, y la consellera de Salut, Manuela García, entre otros.

Unas 600 personas, con las autoridades en primera fila, presenciaron el Amadiba Fest.

Ya con los presentes reunidos en el patio de la escuela, arrancó el Amadiba Fest, una verdadera muestra de talento artístico y desparpajo sobre el escenario. A lo largo de una hora, los participantes de las escuelas de verano protagonizaron un total de nueve actuaciones, donde la música y las trabajadas coreografías marcaron el ritmo del espectáculo. Cabe mencionar la cuidada escenografía, cuyos decorados fueron elaborados por los alumnos durante los talleres de las escuelas de verano. Acabado el show, y después de las intervenciones de las autoridades, la velada se clausuró con una cena de pa amb oli.