Los vecinos de Son Forteza mandan un S.O.S. a Cort, recordándole los muchos problemas que sigue teniendo el barrio. | Click

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Vecinos del barrio palmesano de  Son Forteza nos llaman para manifestarnos su mal estar debido a ciertos problemas que hay en la barriada, y de paso recordárselas al actual alcalde, quien, siendo candidato a Cort, un día que los visitó les dijo que entre sus planes estaba solucionar esas deficiencias.

Principales problemas

Por eso, nos dicen los vecinos, no se trata de echarle nada en cara, pues acaba de llegar, pero si recordarle que la situación sigue siendo la misma.

A saber:

Llaman a Emaya para que pasen a echar agua a presión sobre aceras y calles, a fin de quitar la suciedad, y únicamente les manda una barredora, que tras pasar deja las manchas y gran parte de la suciedad que había. ¡Ah! Y el olor a orín que desprenden algunas calles, sigue. (En nuestra visita fuimos testigos de que la máquina barredora pasaba, pero sin agua, por lo que parte de la suciedad, sobre todo alrededor de los bancos, continuaba).

El camión de Emaya –denuncia una vecina– que llega a la zona ajardinada de Jacint Verdaguer por el carrer Savina, como al entrar en dicha vía la curva es tan cerrada, a veces se sube al bordillo, o cuando menos deja su huella marcada en él. «Lo malo es que hay una cañería que el día menos pensado, al ser pisada por el camión puede reventar».

Otra queja es que, debido a las obras que se están haciendo en la barriada vecina de s’ Hostalets, a veces Son Forteza se queda sin agua.

Y también que en la calle Argelaga hay una vivienda, conocida como la casa de los gatos, debido a la cantidad de ellos que viven en su interior. La puerta de entrada, desde hace años, está cerrada, habiendo en su parte inferior, a la izquierda, un agujero por el que entran y salen los gatos, lo cual hace que el lugar huela a gato, y según que días, más. Han intentado hablar con el dueño, pero no lo han conseguido, y el problema persiste.

Meter la bolsa en el contenedor

Dos de los vecinos, con problemas de movilidad, nos muestran a lo que deben de enfrentarse a diario:

El acceso desde la calzada a las aceras es poco menos que obra de titanes, dado que el desnivel entre ambas es tal, que como no tengas mucha fuerza en los brazos, no puedes superarlo.

Por otra parte, en según que lugares de acceso a la acera no se puede salvar debido a que está ocupado por motos.

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Y en tercer lugar, una persona con movilidad reducida no puede introducir la bolsa de la basura en el contenedor. Como va sentada en la silla de ruedas, con el brazo apenas puede levantar la tapa, y como la apertura es pequeña, al intentar meter la bolsa, tampoco puede hacerlo. Total, que la bolsa termina en el suelo. «Lo suyo es que pusieran contenedores para personas como nosotros, con una abertura en un lateral. Que los hay, pues el responsable de Emaya del anterior gobierno nos dijo que los había comprado. Pues que los pongan, ¿no?», señala uno de los vecinos.

Por último, los vecinos piden a Cort un local para la    Asociación de Vecinos de la barriada. «Lo solicitamos por escrito a Cort, concretamente a Cultura i Benestar Social. Solicitamos un espacio en lo que era biblioteca, que está dividida en dos partes, con dos entradas. Incluso en una de ella tenía el letrero de    la antigua AAVV. Pues bien, no solo nos negaron dicho espacio a través de una llamada telefónica que nos hicieron, sino que, además, han quitado el letrero. Lo cierto –insisten los vecinos–, es que la Asociación precisa de un local para sus reuniones y actividades».

Pues dicho queda también.