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Parece que, con la entrada del nuevo gobierno municipal, presidido por Jaime Martínez, muchas de esas cosas que estaban perdidas en la oscuridad del túnel del olvido, da la impresión que empiezan a ver la luz al final del mismo. Nos referimos, por ejemplo, a que de un tiempo a esta parte se ve patrullar parejas de policías locales por los barrios de Palma. La otra mañana sorprendimos a dos en la calle Blanquerna y… Pues que verlos, da confianza al ciudadano.

Carril-bici, anulado

Los vimos también el domingo en la entrada de la Plaça d’Espanya, por Sant Miquel, invitando a los usuarios a bajarse de los patines y de las bicis, tras informarles de que se había suprimido el carril-bici, lo cual quedaba plasmado en un cartel, en la entrada de la misma, y que no todos ven, o que si lo ven, se hacen lo locos, pues a nada que se marcharon los guardias, el carril-bici eliminado se volvió a llenar de ciclistas y patineteristas, a su bola. Aunque también hay que decir que algunos hicieron ese recorrido a pie.

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Zonas peatonales

Por cierto, vamos a insistir una vez más acerca de la circulación rodada en las zonas denominadas peatonales. E insistimos porque si son peatonales, son peatonales. Son solo para peatones, no para ciclistas y patineteristas. Y quien dice zonas y calles peatonales, dice también aceras. Pues a ver cuándo Cort resuelve este tema colocando a cada cual en su sitio, es decir, a los ciclistas y patineteristas lejos de zonas y calles peatonales, y aceras. ¡Ah! Y que también los obligue a llevar el correspondiente seguro.

Temas pendientes

Por otra parte, siguen los restos de lo que fue surtidor de gasolina en la calle Sant Miquel. Y decimos los restos, porque no se los puede llamar de otro modo, y… Pues que eso no puede seguir ahí por más tiempo. Por eso deben    retirarlos: por estética y porque son un peligro, sobre todo las tapas de hierro de lo que fueron depósitos de combustible, con las que el peatón puede tropezar fácilmente y caerse.

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Y ya que estamos ahí… ¿No dijo el exalcalde Hila que iban a quitar las viejas cabinas telefónicas? Es más, quitaron una, se hicieron la correspondiente foto y no más, pues siguen todas donde estaban, algunas en peor estado que otras, casi todas cubiertas por carteles publicitarios. Así que, señor Martínez, batle de Palma, lo suyo sería que dejaran unas pocas, como recuerdo de que hubo una época en que no solo se utilizaron, sino que dieron un gran servicio al ciudadano, pero el resto, ¡arrux!

Motos sobre la acera

Y añadamos una cosa más. Los vecinos de la calle Joaquín Turina, de Palma, ya no saben qué hacer. Y es que otros vecinos dejan sus motos sobre las aceras, lo cual a más de uno le impide el acceso a sus casas, sobre todo a las personas más mayores... Aparte de que las aceras son peatonales, por tanto las motos sobran sobre ellas. Pero lo peor es que dichos vecinos han denunciado este caso a la Policía Local y al policía de barrio, y no han hecho nada, puesto que las motos siguen ahí. ¿Hasta cuándo? Pensamos que poco, porque ‘a quien corresponda’, que seguro leerá esto, hechas las comprobaciones, actuará. Y si lo hace, lo contaremos… Como también contaremos si no obliga a retirar esas motos de ahí.

Son Sant Joan-Palma

Anteayer tuvimos que ir al aeropuerto y tardamos mogollón a la vuelta. Como nos olíamos que íbamos a tener atascos, entrando de nuevo en la autopista, pusimos el cronómetro de nuestro reloj en marcha, para ver cuánto tiempo transcurría hasta llegar a las Avenidas de Palma.

Hemos de decir que los tres carriles iban petados de coches, camiones, buses, y alguna que otra moto que adelantaba sin problemas. Era tal el pelotón que entre unos y otros se formó, que las paradas se sucedían casi de continuo, paradas cortas, pero paradas al fin y al cabo, que sumadas significaron muchos minutos, tantos como 20 con 43 segundos, lo cual no es poco, y más cuando esa distancia, en otras ocasiones, la hemos recorrido en menos tiempo. ¿Que cómo nos lo tomamos? Pues tranquilamente, ¡qué remedio!, aunque nuestro subconsciente seguro que padeció por ello, pues sin hacer nada consumimos 29 kilocalorías.

Lo que sí hicimos fue ponernos en la piel de las personas que iban a la zona de Poniente, teniendo que atravesar el Passeig Marítim, patas arriba por las obras... Porque igual para llegar a Palmanova, por ejemplo, se tiran tres cuartos de hora… O más.

En fin, que alguien tendrá que poner remedio a esto, ¿no? Porque no es solo que haya aumentado la circulación en esta época del año, ni que en pleno verano haya obras a lo largo de un recorrido que no es corto, sino que es también debido a que alguien ha tenido la ocurrencia de meter en la autopista lo que técnicamente se denomina carril VAO, que no sabemos qué soluciona, pero está claro que ralentiza el tráfico.