En ‘Filant paraules’, los niños crearon un gran mural con palabras positivas y mensajes motivadores.

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Decía Joan Miró que nunca soñaba cuando dormía, sino cuando estaba despierto; cientos de personas se unieron ayer a su ensoñación en el lugar donde trabajó y residió durante casi 30 años. La Fundació Pilar i Joan Miró organizó la Diada de Sant Joan, una jornada para celebrar la onomástica del artista con una serie de actividades de experimentación artística dirigidas a todos los públicos. «El hilo conductor de esta diada se relaciona con la exposición temporal de El Miró de Son Boter, una revisión de la relación de Miró con su segundo taller, una pequeña possessió del siglo XVIII que le recordaba a la masía familiar en la población de Mont-roig. Miró decía que todas las historias que se escondían en Son Boter también le influenciaban en su creación», explicó Antònia Mulet, al frente del Departament de Educació i Activitats Culturals de la fundación.

De este modo, entre las 10.30 y las 14 horas, grandes y pequeños pudieron sumarse a los talleres creativos, distribuidos por toda la fundación, la excusa perfecta para pasear por la fundación y conocerla en profundidad. Para crear su escultura Constellation Miró se inspiró en una galleta de Inca; en el taller Traços de Memòria los niños degustaban una Quely y plasmaban sus sensaciones a través del carboncillo, muy presente en las paredes de Son Boter, que Miró convirtió en su particular ‘bloc de notas’. Y es que en Son Boter, la obra de Miró se fusiona con la arquitectura, los trazos mironianos cubren sus muros, y objetos, bocetos y maquetas colonizan el espacio.

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Por otro lado, en Llocs Possibles debían imaginar y crear una llave capaz de abrir la puerta de un lugar soñado, y más tarde las colgaban de un garrover; en su bolsillo, Miró siempre llevaba una algarroba, como un amuleto de la suerte. Las paredes de Son Boter hablan a través de mensajes, graffitis y dibujos; en el taller Filant Paraules se invitaba a que el público trazara con alambres palabras motivadoras, y los pequeños también podían escribirlas en los cristales del espacio educativo, generando un gran mural de energía positiva. Y ya en la zona Son Boter, en el taller Caps-Girats los niños debían realizar un autorretrato a través de la técnica de la monotipia, emulando el autorretrato que realizó Miró en el interior de la possessió. En cada estación, los niños se encontraban con una imagen que podían hallar en el taller, y se les invitaba a adentrarse en este para descubrir cada elemento.

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Paralelamente a las actividades, más de 25 integrantes de Urban Sketchers se reunieron en el Espai Estrella de l’Edifici Moneo, donde inmortalizaron las obras y el ambiente del museo. Más adelante, poco antes de clausurar la jornada, mostraron sus dibujos y bocetos a los presentes. Los presentes podían fotografiarlos en acción y participar en un concurso. Asimismo, a las 11 horas tuvo lugar la presentación del proyecto educativo Poètica Vegetal, de Camilo Mutis, ganador de la Beca Pilar Juncosa a un Projecte d’Educació Artística 2022.