Antonio de Pedro posa junto a un buzón en la Vía Alemania. | F.Fernández

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Su aparición en las redes ha supuesto el nacimiento de un fenómeno viral que ha convertido a Antonio de Pedro en uno de los empleados de Correos más conocidos. El cartero que reparte alegría y música por las calles del centro de Palma, su radio de operaciones desde hace cinco años, cuando se incorporó al puesto, ya causaba impacto y simpatía entre los vecinos y quienes día a día compartían la felicidad que irradia durante su turno. «Me tocan todos los buzones del centro», asegura con buen humor mientras atiende a Última Hora, a la vez que procede a la recogida del correo en un buzón de la Vía Alemania.

Y es que el vídeo en el que anima a vecinos y transeúntes al ritmo de Nochentera, el éxito de Vicco, le ha permitido erigirse en una estrella en unas redes sociales que «no controlo, no sé cómo van...», asegura a la par que desde su vehículo se oye música sin parar. «¿Sabes qué canción es», espeta ya desde su interior a su interlocutor -sin respuesta afirmativa- en referencia a uno de los temas de Ana Mena que suena y se sabe de principio a fin y tararea, canta y comparte por las principales arterias de la capital mallorquina.

De Pedro, en plena labor mientras atiende a esta publicación. Foto: F.F.
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La alegría que irradia al son de las canciones del momento no es algo nuevo para quienes ya le conocen, aunque sí para los turistas que estos días coinciden por las calles con Antonio de Pedro, este simpático repartidor de Correos, madrileño de nacimiento pero que aterrizó en Mallorca «con 19 años para hacer la mili... y aquí me quedé y tengo mi vida hecha», confiesa un hombre natural, sincero, que se siente «músico, compositor y cantante» y deja meridianamente claro que le gusta «cantar, es más, mi madre decía que aprendí a cantar antes que a hablar», añade durante este impás.

Mientras desempeña de forma mecánica y profesional su labor, explica De Pedro que le «encanta la música y compartir mi alegría con todo el mundo, soy así». Ahora, las redes han acabado por catapultarle a una fama «inesperada», reconoce y añade con la frescura que le caracteriza «que esto no va a cambiar mi manera de ser y disfrutar de mi trabajo. Y de la música», por lo que no será extraño volver a verle y oírle en acción.

«La música me ayuda a hacer más entretenido este trabajo», continúa Antonio de Pedro, quien huye de la fama. «Yo soy así», reitera, sintiéndose feliz «si la gente se lo pasa bien» en esos momentos en los que aparece su inconfundible furgoneta amarilla por calles muy frecuentadas estos días y semanas, y que tienen en su figura a un nuevo reclamo.