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Un almacén de mercancías agrícolas, el único café de Son Anglada, una fábrica de baldosas o el Laboratorio Balear para la Calidad. Desde el siglo XIX, las estancias de Ca’n Fogarada han acogido toda clase de negocios y actividades, aunque nunca hubo tanta diversidad como en el presente. Cuando, en 2011, se marcharon los últimos inquilinos, los músicos Maria Borràs y Marko Lohikari hicieron de esta casa su hogar, espacio de creación y enseñanza musical. De este modo, la pasión por la música fue el motor original de su proyecto, y todavía forma parte de su esencia y razón de ser, pero la casa y su función han cambiado con el paso del tiempo.

«En 2011 nos establecimos en el imaginario colectivo como un espacio familiar e infantil, donde se impartían clases de música para niños y talleres de estimulación musical para bebés. Pero nuestros hijos han crecido y Ca’n Fogarada ha cambiado desde entonces: ahora somos un espacio de coworking, donde una decena de profesionales desarrollan su trabajo, y un lugar donde los adultos pueden romper con la rutina y desbloquear su creatividad», afirma Maria que, para esta primavera, ha organizado un ciclo de experiencias artísticas dirigidas a adultos, con los tejidos y su reciclaje como núcleo creativo, impartidas por los moradores de Ca’n Fogarada, y organizados en horario matinal, aunque adaptables para grupos numerosos.

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La pandemia del COVID-19 fue un punto de inflexión para Ca’n Fogarada, «se marcharon casi todos los miembros del coworking, muchos cambiaron de trabajo. Cuando abrimos de nuevo solo quedaba yo, dando clases de música para niños. También decidí cambiar», explica Maria, que ahora gestiona el espacio, imparte clases de piano y ukelele para adultos y adolescentes, y descubre y experimenta la impresión botánica y los tintes naturales. «Buscaba una artesanía orgánica y que no generase residuos. Todo es circular: uso telas recicladas y reutilizo el agua y los deshechos. Consiste en transferir los pigmentos de plantas y flores a los tejidos. Se realiza un tratamiento previo con minerales, -hierro y alumbre, en mi caso-, que prepara el tejido, abre los poros y favorece la permanencia del tinte», razona Maria que, dentro del ciclo de talleres creativos, el viernes 19 de mayo impartirá el taller Impresión Botánica.

Otra coworker a quien la pandemia le cambió la vida es Blanca Martín que, bajo la marca The Bleuve, se dedica a personalizar y pintar a mano prendas vintage desde hace tres años. «A raíz de la pandemia, cerró la empresa de publicidad donde trabajaba, y pude disfrutar de la maternidad. Esto era una afición que, poco a poco, se convirtió en mi oficio. Los asistentes a los talleres encontrarán un momento para parar, desconectar del día a día, pensar y darle rienda suelta a su imaginación», afirma Blanca, que el pasado viernes estrenó el ciclo creativo con el taller Customiza tu ropa.

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Ayer la diseñadora de moda y producto, además de maestra de costura, Mónica Martínez, impartió Costura Upcycling, ideal para darle una segunda vida a todas esas prendas abandonadas en el fondo del armario, «la costura siempre ha sido denostada, asociada a gente mayor y al ámbito doméstico. Y no es así, se pueden hacer cosas muy modernas. A los talleres pueden venir personas con cualquier nivel: los proyectos serán fáciles de desarrollar y, los más experimentados, aprenderán cosas nuevas», afirma Mónica, que bajo la marca Costureo Lab, imparte clases de costura todos los martes, miércoles y jueves en Ca’n Fogarada. El viernes 26 de mayo combinará este taller con el de Maria, en Costura con impresión botánica.

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En Ca’n Fogarada también desarrolla su trabajo el músico sueco-finés Marko Lohikari, jazzista, productor musical y fundador del espacio junto a Maria Borràs. «Además de ser contrabajista y productor musical, me interesa mucho la música tradicional. Ahora estoy centrado en un proyecto que mezcla la música tradicional de Escandinavia, Irlanda y Mallorca. A pesar de la distancia entre los países, sus músicas tienen muchos más aspectos en común de los que uno podría imaginar. El compás de 3 por 4 es muy común, por ejemplo», explica Lohikari que, el próximo viernes 5 de mayo, en el marco del ciclo de conciertos Palma Folk, tocará en el Teatre Mar i Terra a las 20 horas con su nuevo grupo, When the Robins sings. Como no puede ser de otro modo, la música también es protagonista en el ciclo de talleres de Ca’n Fogarada, con una Iniciación al ukelele el mismo 5 de mayo, y con Creatividad: arte y música, el día 12 de mayo.

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Además de músicos y artistas textiles, Ca’n Fogarada reúne otros perfiles profesionales. Al frente de Mamucheando se encuentra la enfermera Paula Márquez, especializada en doula, el acompañamiento emocional a mujeres embarazadas y en fase de posparto, así como en el porteo, a lo que se dedica en la actualidad. «El porteo consiste en llevar al bebé pegado a ti de forma ergonómica, es decir, respetando la fisiología del bebé y del adulto. No vale cualquier bolsa o mochila. Los bebés nacen con una necesidad de contacto. También es beneficioso para su postura, la expulsión de gases y los cólicos o la termoregulación. Asimismo, fortalece el vínculo con sus progenitores y, en las depresiones posparto, puede ayudar a reforzar la relación. Y, por supuesto, te permite tener las manos libres. El bebé tiene que estar con la espalda en ‘C’, las rodillas por encima del culete y con la pelvis basculada, siempre sin forzar la apertura de caderas y con las vías respiratorias libres», afirma Márquez, que cuenta con una tienda online de bolsas y mochilas de porteo y en su despacho realiza asesorías para familias.

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Otra de las trabajadoras del espacio es la desarrolladora web y mecánica digital Naroa Juaristi. «El mecánico digital se encarga de montar sistemas que ayuden a las páginas web que facturen en automático. Probé de trabajar en casa un tiempo, pero noté que me sentía sola, además de procrastinar más de lo debido. Aquí no solo me siento más concentrada, sino muy acompañada. Vengo a trabajar contenta», afirma Juaristi quien, como tantos otros, ha encontrado un segundo hogar en Ca’n Fogarada.