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Año nuevo, vida nueva, pero las tradiciones se mantienen. Más de 2.000 personas se han concentrado esta noche en la plaza de Cort para recibir el 2023 con las campanadas de En Figuera, el emblemático reloj del Ajuntament de Palma, que después de guardar silencio el pasado Fin de Año a raíz de un error en la sonorización, en esta ocasión sí se ha podido escuchar alto y claro. Tras tragar o acumular en los carrillos las doce uvas, bajo la carpa luminosa de la plaza, los presentes se han abrazado, han reído y descorchado botellas de champán. Así ha arrancado la que para muchos es, en realidad, la noche más larga del año.

Acabada la cena, unas ataviadas con sus mejores galas y otras con las prendas más cómodas de su armario, las primeras personas han llegado a Cort alrededor de las 23.15 horas, y solo quince minutos después la plaza estaba abarrotada. Muchos se han vestido con trajes de lentejuelas o purpurina, y otros han decidido comprar los accesorios más llamativos del bazar. «Es el pirmer año que venimos, para probar algo nuevo. El ambiente está bien, pero falta un poco de música. Aunque ya tengo a mi cuñado que da caña con la trompetita», ha confesado Ramón Torres, acompañado por su familia.

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Él no ha sido el único que ha echado en falta algo de música ambiente, y es que durante media hora no se ha escuchado nada más que las trompetas de los cotillones. Por otro lado, nadie parecía temer a la resaca. Entre el jolgorio y la emoción, alguno no ha tardado más de cinco minutos en romper los propósitos de año nuevo. Después de las campanadas ha llegado el sonido de los fuegos artificiales que, pese a escucharse con claridad, no se podían divisar desde la plaza.

A pesar del buen ambiente que se respiraba en Cort, los presentes han tenido que llevarse la fiesta a otra parte y es que este año tampoco ha habido actuaciones musicales ni proyecciones lumínicas hasta las tres de la mañana, como en las Nocheviejas previas a la pandemia. Según explican desde el consistorio, se debe a que cuando se aprobaron los presupuestos se desconocía si habría límites de aforo, «no ha habido tiempo suficiente y hemos querido priorizar la Cabalgata de Reyes y Sant Sebastià», señaló semanas atrás la regidora de Govern Interior i Participació, Claudia Costa.