Minimalista, Joana atesora objetos en los amplios armarios que se camuflan en las paredes donde el arte reina. | ARCHIVOS

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Caminamos de norte a sur, de abajo a arriba de la calle y viceversa, y el número al que nos dirigíamos no aparecía. Vimos una casa que nos llamó la atención por su diseño arquitectónico. «A buen seguro es la vivienda de un arquitecto», pensamos. Conocíamos la fisonomía de la vivienda de Joana desde el jardín y todo se prestaba a confusión. Una voz sobre una mano alzada indicaba que la casa de diseño arquitectónico era el hogar de Joana Ribas y Francisco Ramis. Paco comentó: «Mi mujer, en un arranque de obsesión por la estética, ha quitado el azulejo y espera que el herrero trabaje sobre el diseño del número de la calle que ha hecho el arquitecto». Entre risas, accedimos al interior. Nos dio la bienvenida el níveo trabajo de un artista geométrico valenciano, Robert Ferrer.

En esa tarde de lluvia fina, los ventanales no filtraban la luz cenital, pero la luz eléctrica bien estudiada resaltaba los elementos arquitectónicos interiores. Desde el rincón del jardín contemplamos el interior iluminado y enmarcado de manera plausible en el blanco de la geometría exterior. A pesar de no ser la casa de un arquitecto, el sello del profesional ejecutante se hace evidente. «Heredé la casa de dos plantas de mi tía. Ella vivía en lo que fue una casa rústica con un amplio huerto. Yo simplemente quería modernizarla y tener un jardincillo con piscina, pero cuando el arquitecto Eduardo García Acuña me explicó la idea de girar la orientación de la casa, me animé.

Trazos geométricos en perfecto orden
Amplios sofás para relajarse en la terraza mirando hacia el interior a través de los ventanales y entre plantas.

Luego me enamoré del proyecto que ideó para esta vivienda que imaginé minimalista, dando importancia a los elementos arquitectónicos y diseños geométricos». La cocina en solid surface negro y madera que se une al negro de la carpintería metálica acoge una isla con taburetes de diseño en los que nos sentamos a charlar con la asesora fiscal y el presidente del Colegio de Titulares Mercantiles y Empresariales y vicepresidente del Colegio de Economistas de Baleares compartiendo pasiones decorativas, embriagados por la luz artística y lo euclidiano de la concepción de la casa. A la vera de la cocina se intuye el simpático ambiente que reina cuando departen con amigos entre piezas de vajillas heredadas. Al calor de la estufa ubicada en el pasillo que conduce a la sala de estar y con la calidez ambiental que proporciona la retroiluminación de la casa suspendida sobre rodapiés embutidos en la pared, comentamos el aspecto ecléctico de la decoración.

Contrastes

En la cocina abierta al comedor los objetos antiguos contrastan con la lámpara Hope, diseño de Gómez Paz y Rizzatto, de ligero material transparente, y con las sillas de Philippe Stark, de contemporáneo policarbonato, que es un famoso y ya clásico diseño del mueble moderno. Al comentarlo, la escultura geométrica de David Magán cambia de color según nos movemos. «En conocidas galerías de arte palmesanas sabemos que alguna obra nos fascinará tanto como la de Anita Suárez de Lezo». La obra de esta artista visual impacta en el espacio neutro. «Fue lo primero que coloqué en la casa y lo hice emocionada». Se ubica ante la escalera flotante, un elemento rotundamente estético. Subimos a las habitaciones y terraza que envuelve el espacio construido y saludamos a la gata ‘Llampuga’. Dubitativa, abre mucho sus verdes ojos. Se relaja luego, escuchando sonrisas muy familiares y anécdotas que nuestros anfitriones comparten mientras nos fascinan, entre luz de exterior, los detalles cuidados al máximo por dos estetas, amantes de la vida.