Los ejercicios que hace Carmen incluyen también caminar sobre la cinta. | Click

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Hace meses os contamos el caso de Carmen Abraham, enferma de cáncer de mama del que acaba de recuperarse, pero al que tiene presente todos los días. De hecho, en el bíceps de su brazo izquierdo lleva tatuado el lazo rosa, y sobre su pecho izquierdo, el mastectomizado, se nota por debajo de la piel el portacath, a través del cual recibía la quimio, «y que deberé llevar todavía durante cinco años». Además, sigue acudiendo cada seis meses a que le hagan una revisión, sin abandonar el tratamiento que le han puesto durante los próximos cinco años. En aquella ocasión, Carmen nos contó lo que supuso para ella enterarse de que tenía cáncer, cómo lo afrontó desde el primer día, cómo eran las sesiones de quimio, a lo que tuvo que renunciar, de qué modo fue valorando las cosas a medida que iba recuperándose, y en especial, cómo había aprendido a valorar lo que para ella antes carecía de importancia…

Carmen, casada, divorciada y madre de un hijo, y que es entrenadora personal titulada, nos ha citado en el gimnasio Vital Fit de la plaza de Hornabeque, a donde va a entrenar varios días a la semana, «haciendo ejercicios apropiados para una persona que ha padecido cáncer, y en mi caso, cáncer de mama, algo que, controlando el peso de las mancuernas con las que trabajas, por ejemplo, si son para hacer pectorales, estas han de ser de menos de cinco kilos, mientras que para el resto de ejercicios, cinco kilos… Aunque se recomienda que se comience con pesas de medio kilo, e ir ascendiendo a medida que vas entrenando y vas viendo que tu cuerpo puede con más».

«Te deja secuelas»

Para que nos hagamos una idea de cómo son los ejercicios de brazos, Carmen une la palabra a la acción, cogiendo una pesa plateada de cinco kilos, ejercitando con    ella su brazo hacia adelante y luego hacia la izquierda, haciéndolo de forma pausada, marcando muy bien los tiempos. «Porque el ejercicio, según me ha explicado la oncóloga, es bueno, siempre y cuando lo hagas adecuadamente, con moderación… Y va muy bien para combatir la secuelas que el cáncer te deja, que no son pocas. Por ejemplo, en mi caso, me ha dejado menos movilidad en el brazo izquierdo, menos sensibilidad y más dolor muscular y articular, para lo que tomo Tramadol, con receta médica. Eso, y el ejercicio programado que realizo, ayuda a recuperarme de las 16 sesiones de quimioterapia que he tenido, y que te dejan el cuerpo que no vales ni una mierda».

Nos hace una demostración de cómo trabaja con las pesas, moviendo el brazo hacia el centro e izquierda.

Hay diversidad de ejercicios

Como dice, y en su caso, la parte más a recuperar es el movimiento del brazo izquierdo, cosa que está consiguiendo con ejercicios muy concretos, «porque como no los hagas, te quedas sin movilidad en él, aparte de que te puede provocar unlinfedema, o inflamación de los ganglios linfáticos. Y hay ejercicios especiales durante el tratamiento y para después, como los que yo hago ahora. Ejercicios moderados y apropiados. Fitness, dentro de mis posibilidades, como también abdominales y caminar sobre la cinta y sobre la elíptica». Y en cuando a días que dedica a los ejercicios, «pues depende del estado en que te encuentres. Yo, ahora, hago ejercicio cinco días a la semana, mientras que durante el tratamiento los hacía los días que estaba bien, ya que la quimio me dejaba hecha polvo. Y todo, ya digo, aconsejado por la oncóloga».

Consultar con el médico

Al margen de lo dicho, Carmen, que como hemos apuntado más arriba, es entrenadora personal titulada, está averiguando a dónde debe de acudir para especializarse como entrenadora de personas con cáncer, «y si es necesario hacer un curso específico, pues se hace, ya que quiero tener las cosas muy claras y que no me llamen intrusa y cosas de esas... Porque mi segundo paso será el de abrir un local, o un gimnasio, para personas que han superado el cáncer. Y si pretendo hacer eso es por dos razones: porque quien mejor conoce a una persona que ha pasado esta enfermedad es otra que también la ha pasado, y porque al gimnasio podrán acudir con el pañuelo rosa, si se sienten a gusto con él».

Carmen, que insiste en que el ejercicio moderado y bien planificado ayuda a recuperase a los enfermos de cáncer –«yo, al menos, puedo dar fe de ello, de que es así»– advierte de que antes de comenzar a hacerlo, hay que consultar con el médico que le trata si ya está en condiciones, y si lo está, en qué medida debe    hacerlos. «Porque la iniciativa de uno es siempre buena, pues significa que te encuentras mejor, pero antes de dar el paso habla con tu médico».