Juan Antonio Montañez se entrevistó con la hija del escultor Bonnín. | Click

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Seguimos con la escultura de Ramon Llull decapitada y con las manos y pies amputados, ubicada en la entrada de la cueva en la que, según la tradición, el beato mallorquín, tras su conversión, se retiró a meditar… Aunque hoy tenemos buenas noticias, pero vayamos por partes.

Juan Montañez, que es quien nos habló de la situación de la imagen, a lo largo de la pasada semana se entrevistó con Bienve Bonnín, «hija del fallecido pintor Juan Bonnín Pomar, que en su día fue el autor de la misma. Contacté con ella a poco de publicarse en Ultima Hora el artículo sobre el pésimo estado en que se encuentra la imagen de Llull. La noté emocionada ante la posibilidad de rescatar del olvido, tanto al Beato como a su progenitor. Gracias a ella –y aquí echa mano del móvil para sacar la documentación que le ha proporcionado Bienve–, tengo los artículos que en su época publicó la revista El Heraldo de Dios, pudiendo leer en ellos que a su padre, en el año 1943, se le encargó esculpir la escultura. En dichos documentos, ilustrados con fotografías, puede verse el trabajo realizado por Bonnín, y al mismo tiempo leer sobre un episodio que tuvo lugar en Palma, fomentado por los franciscanos, y que fue una auténtica fiesta de admiración y respeto hacia el sabio mallorquín, cuya imagen esculpida en piedra, obra, repito, de Bonnín, fue bendecida en Cort, donde quedó expuesta durante ocho días, y posteriormente, a modo de una romería, en la que no faltaron vecinos de Randa y Algaida, hasta donde llegó en tren, siendo recibida por la banda de música y autoridades, fue transportada hasta el monasterio de Cura, en cuya iglesia se celebró en su honor una misa, presidida por Bartolomé Quetglas, presbítero, con un sermón, a cargo de Francisco Company, prior del santuario. También hemos podido saber que estos movimientos se fomentaron principalmente por la Orden Franciscana con la intención de construir una capilla-monumento en la zona de la cueva –mientras tanto, la imagen del Doctor Iluminado quedaba instalada en el pórtico del monasterio–, pero que, al parecer, se vieron truncados por alguna opinión en contra de alguien con el suficiente poder».

De dicho pórtico, en el transcurso de una tormenta, cayó, rompiéndose parte de ella, por lo que tuvo que ser restaurada. Tiempo después –como contamos hace unas semanas– fue trasladada hasta la cueva, donde fue colocada a la derecha de la misma, y con el paso de los años, decapitada y mutilada de manos y pies por algún descerebrado, quedándose así hasta hoy.

Juan Bonnín, junto a la escultura del beato Ramon Llull, de la cual es autor.

Vía libre a la restauración

Finalmente, Montañez, que se ha enterado gracias a una conversación que ha mantenido con alguien de ARCA, nos dice que el Consell de Mallorca, a través de la Direcció Insular de Patrimoni, tiene buenas nuevas respecto a dicha escultura. Así que nos ponemos en contacto con la directora insular de dicho organismo, Kika Coll, quien, tras recordarnos que el Consell de Mallorca, de acuerdo a un convenio acordado con la propiedad de los terrenos donde está la cueva y la imagen de Llull, hace unos años había restaurado el lugar, de lo cual os hablamos en la última entrega, con pocas palabras nos explicó cómo se halla la reconstrucción de la escultura a día de hoy: el pasado mes de enero –nos dijo–, reunida la comisión mixta, integrada por miembros del Obispado y del Consell, se tomó la decisión de aprobar el presupuesto para restaurar la imagen del beato Ramon Llull, para ser presentada dentro de los festejos que cada año, en homenaje a este, se celebran en el mes de noviembre, a finales.

Es más, nos contó también Kika Coll, que, habiendo averiguado que Bonnín, escultor de la imagen del Doctor Iluminado, había estudiado en Arts i Oficis, acudió al lugar por si allí había quedado algún dibujo o plano de la misma, cosa que no. Por otra parte –señaló–, se va a poner en contacto con la hija de éste para hacerla partícipe en el acto de presentación de la estatua ya restaurada. Así, pues, caso cerrado: a finales de noviembre se presentará al nuevo Ramon Llull de Randa.

Madò Pereta fue la estrella de la verbena de Can Pastilla.

...y una sugerencia

Para finalizar, os dejo unas cuantas noticias. La primera es que el pasado fin de semana se celebraron las fiestas de Can Pastilla, siendo su plato fuerte la actuación de Madò Pereta, que pese a los años que tiene, sigue en plena forma gracias a la gran vitalidad que posee. Pues que sean por muchos años más, amiga. La segunda es desde Pereira (Colombia). Recibimos una videollamada de Toni Asensio, quien en su juventud militara en el At. Baleares y que vive en aquel país desde hace años. Y se comunica con nosotros para decirnos que está almorzando en su casa con Felipe Crespí, funcionario del Ajuntament de Palma, y Aydée Zapata, funcionaria del Consell de Mallorca, a quienes el alcalde Hila casó en el Castell de Bellver. La pareja, que pasó gran parte de la pandemia en Colombia, apresados por ella, ahora, en tiempos de bonanza, han regresado. Y es que, como Aydée es colombiana, de paso visitan a la familia, que vive en Cartago.

Los Crespí almorzaron con los Asensio en Pereira.

Un ruego a Hila

Y la tercera, que en vista de cómo están las cosas, pedimos con toda la educación y respeto al alcalde de Palma, José Hila, que cierre provisionalmente el parque del canódromo. Por varios motivos. Uno, debe de permanecer cerrado hasta que no se coloque la valla adecuada que no permita la accesibilidad al mismo una vez que quede cerrado al público. Dicha valla evitará los botellones. Dos, debe cerrarse hasta que no se coloque otra valla sobre la tapia que linda con sa Riera, ya que cualquier niño, subiéndose a ella, se puede caer. Que es lo que sucedería ahora… Y si eso ocurre, ¿qué? Porque puede ocurrir. Tres, debe cerrase el parque hasta que limpien y adecenten las zonas verdes y que quiten las plantas con púas, que son un peligro para las personas –los niños, sobre todo– y los animales. Y cuatro, debe cerrase el parque hasta que las personas discapacitadas, cuya movilidad depende de la silla de ruedas, puedan circular por él, no como ahora, que debido a los desniveles que encuentran en según qué tramos no pueden.