Angie Vallori, en su taller de trabajo, situado en Selva. | Pilar Pellicer

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Juntar la pedagogía con el diseño de moda puede sonar complicado. Sin embargo, Angie Vallori y Carlos Cañada han conseguido la unión perfecta a través de Moraduix, una marca de ropa que se ha consolidado desde su creación hace dos años y se enfoca a mamás y bebés con prendas hechas a mano con tejidos orgánicos. «Queríamos crear un proyecto sólido que pudiera resistir a problemas como la pandemia», señala Angie Vallori.

La modista, que lleva más de diez años dedicándose al mundo de la moda, aprovecha los conocimientos de su etapa como profesora, su anterior profesión, para plasmarlos en sus diseños. «Moraduix me permite mezclar las dos áreas, tanto la del diseño como la pedagógica, lo que hace que no eche de menos ninguna de mis aficiones», indica Angie, que se encarga de la producción y diseño de las colecciones de la marca.

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Por su parte, Carlos Cañada, que es historiador del arte, dirige la logística de la empresa y trata de relacionar la iconografía de Moraduix con lo cercano a la Isla. «Queremos conseguir algo que esté relacionado con la naturaleza, mezclar artes como el povera ­–que utiliza materiales comunes, no industriales, e incluso de desecho­– y colores diferentes», destaca Carlos.

Enseñanza a través de la moda

Para los niños, la ropa de Moraduix es otra vía de aprendizaje. «Esta es una forma de mostrar que, desde muy pequeños, se puede enseñar a ver las cosas de otra manera», afirma Carlos, que trata de acercar la cultura y el arte a los niños que visten sus prendas, aplicando los valores de la marca y diferentes conceptos pedagógicos, nutricionales, ambientales, educativos y estéticos.

Hace pocas semanas lanzaron la colección Moraduix Kids, centrada en los más pequeños de la casa, que basa sus prendas en una de las características más destacadas de la marca, la sostenibilidad. «Buscamos que nuestras prendas puedan perdurar en el tiempo y evitar compras compulsivas, que el producto se exprima al máximo», comenta Angie Vallori, que también estrenará este sábado la colección de otoño-invierno bajo el nombre de n’Espardenyeta, en homenaje a la tradicional rondalla mallorquina y a los abuelos que dedican su tiempo a los nietos, con los que crean una estrecha relación.

Moraduix cuenta con la colaboración de talleres que intervienen en la producción de las prendas, y además de su distribución por la Isla a través de trece tiendas físicas, también está presente en el resto del país gracias a las ventas online desde su página web. Todo esto permite que Angie Vallori y Carlos Cañada vean cumplido el sueño que persiguen desde siempre: dedicarse en cuerpo y alma a su pasión, la moda y el arte.