Imágenes del amistoso encuentro. | Twitter: @ibonpereztv

TW
0

El vídeo de un delfín y un perro jugando en el muelle en Ribeira do Freixo (Galicia) se ha hecho viral en Internet. Un usuario de Twitter compartía el encuentro que alcanza decenas de miles de reproducciones en la red social. Al subir el instante en su perfil escribió: «Un delfín y un perro comparten un buen momento alegres jugueteando... Otra lección de amor de la madre naturaleza...». El Muelle Parrado ha sido el testigo de esta anécdota entre el canino, similar a un bóxer, y el cetáceo.

En el vídeo se puede ver a algunas familias junto al agua, los niños observan al animal marino hasta que llega la mascota y empieza a sumergir el hocico. A los pocos segundos, el perro decide lanzarse al agua para jugar con su nuevo compañero. Juntos nadan un rato mientras las familias presentes disfrutan del entrañable momento. Los dos animales dejan atónitos a todos los que contemplan la escena hasta que el perro decide salir del agua. Finalmente, los turistas interaccionan con el arroaz.

En la red social no ha habido nadie que se resista a comentar, algunos han advertido que puede ser peligroso tratándose de un delfín salvaje, mientras que la mayoría ha adorado el genuino encuentro. Además, algunos medios locales especulan que podría tratarse de Manoliño, un delfín que frecuenta la Ría de Muros y Noia. Este popular cetáceo se acerca curioso a las familias aunque por ley no se puede interactuar con él. De hecho, las autoridades advierten «las interacciones con humanos pueden ser peligrosas, tanto para él como para nosotros» en una campaña de sensibilización sobre el ejemplar de 3 metros y cerca de 300 kilos.

El acoso que sufren estos cetáceos se multiplica en verano. Este tipo de prácticas, que aparentemente parecen adorables, son un problema para los delfines. Algunos estudios demuestran que estas acciones les obliga a abandonar sus hábitats tradicionales y, además, que estén perdiendo una característica vital para su supervivencia: el miedo a las personas. Este comportamiento egoísta afecta tanto al delfín que cambia su forma de interactuar y, por tanto, de encontrar un nuevo grupo. Los expertos piden más medidas para evitar que la gente se acerque y trate al animal como un humano más. Entre las acciones reivindicativas se encuentran más control en las playas para que las personas que se estén bañando cerca del cetáceo salgan del agua, voluntarios que expliquen por qué no se debe tener un contacto estrecho con el animal o más carteles informativos.