Este coche está aparcado ni se sabe desde cuándo en Son Ametler (es Vivero). | Click

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Estamos en verano. Y entre los que huyen de los calores están los políticos; unos a la sierra y otros a la piscina. Quedan algunos de retén, sí, pero poco cambia.

Porque incluso, estando todos, la ciudad no funciona como el ciudadano quisiera, a pesar de que ellos digan que sí, que funciona. Por eso se han ido de vacaciones. Mientras tanto, como la vida sigue, vamos a recordar algunas asignaturas pendientes que han quedado para septiembre, que será cuando la vida se normalice.

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¿Cómo es posible que ese coche pueda estar ahí, como si nada?

¿La calle, un garaje?

Un vecino de Nou Llevant nos envía una serie de fotos de coches abandonados en la vía pública –como veis, parte de esta sección funciona gracias a las denuncias de los vecinos, por lo cual les estamos muy agradecidos–. Coches de todo tipo y de diversas marcas, unos más deteriorados que otros, como podéis apreciar. Coches que, a quien corresponda retirarlos, los puede encontrar en las calles Bogotá y Ricardo Ortega... Que va siendo hora de que los lleven al depósito correspondiente. ¡Que la calle no es el basurero de nuestros despropósitos!

Pintan farolas en Ricardo Ortega...

Pintarlas, ¿para qué?

Que se pinten las farolas de las calles es algo que está bien, pero que se pinten farolas de una calle, General Ricardo Ortega, que va a ser completamente remodelada, es algo que los vecinos no entienden, y más siendo farolas viejas. ¿No será que las pintan porque –piensan algunos– la reforma no va a ser inminente? Por eso están mosqueados. Sí, porque ¿a qué viene este gasto ahora, si dentro de nada, como se prometió en el penúltimo pleno, se va a reformar la calle? Entonces, ¿por qué gastar en pintar farolas cuando mejor sería, en lo que llega la reforma, arreglar las aceras, cada vez en peor estado? Pues eso, ¿por qué se pintan las farolas que, según acuerdo plenario, una vez que se haga la reforma serán sustituidas por otras? ¿No es un gasto inútil?

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Cort ha de ordenar la eliminación de desniveles que no todos pueden superar.

No perderle de vista

Volviendo al parque del canódromo, recordamos que quedan en él pendientes varias cosas. En primer lugar, bajar el nivel de las rampas de accesos, subir la altura de las vallas que rodean el recinto, de lo contrario, sobre todo por las noches, el parque puede convertirse –se convertirá, seguro– en el escenario ideal para un botellón y sus circunstancias (borracheras, peleas, ruidos, etc), lo que supondrá un inconveniente para los vecinos. En segundo lugar, colocar una valla alta sobre la pared que limita el parque con sa Riera, de lo contrario se puede subir un crío a ella, resbalar y caerse. ¿Y luego, qué? Y en tercer lugar, hacer que el jardinero pase con más frecuencia por allí, limpiando rastrojos y eliminando esa hierbas con pinchos que crecen en los caminos, por ser un peligro tanto para personas como para animales de compañía. Pues eso, que ahí aún hay mucho trabajo por hacer.

Cada vez son más los que duermen en la calle. ¿Qué hacemos?

Felices sueños

En Palma, cada vez hay más personas que duermen en la calle. Y duermen, incluso, a plena luz del día. En cualquier sitio, además... Son personas sin techo por no tener recursos, que se buscan la vida como pueden y donde pueden: en un cajero de un banco, en la entrada de un banco, en un rincón de una calle, en plena calle… Donde les pille, vamos. Porque llegado a este punto, les da lo mismo el lugar. Y eso es así por dos cosas, más una tercera. La dos cosas son que, o faltan albergues para ellos, o si los hay, como aseguran los que mandan, algo deben de tener para que los rechacen. Por ello no estaría de más que averiguaran qué es ese algo. Y la tercera es que como son personas que ni votan, ni cotizan, son invisibles. Como si no existieran. Así, pues, estas son algunas cosas que quedan pendientes en la ciudad para cuando la clase política vuelva de sus vacaciones en septiembre.