Por detrás de Sastre, siempre el cine: obra inspirada en ‘Gigante’. | Click

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Bartolomé Sastre es un pintor de largo e intenso recorrido, nacido en Pollença. «Al nacer allí, si te da por el arte, como a mí, o eres pintor o eres músico», afirma. Actualmente expone en el hotel Saratoga, de Palma, en cuyas paredes ha colgado cuadros referentes a algo que le apasiona: el cine. «Es algo que me marcó muchísimo a raíz de haber visto West Side Story. Y me marcó tanto por la trama de la película, como por sus actores, su música, sus escenarios, el guion, la dirección… Como también, a raíz de este, me sedujeron películas sobre la Segunda Guerra Mundial y entre los actores que participaron en ellas, Marlene Dietrich me atrajo muchísimo… Películas, o mejor dicho, escenas de esas películas, que he trasladado al lienzo, como he hecho con otras, por ejemplo, del cine marroquí, del que he extraído alguna de Hamam, o baño turco de mujeres, o de La fuente de las mujeres… O del cine chino, Amor bajo el espino blanco, dirigida en 2010 por Zhang Yimou, y que gira en torno a la revolución de Mao, o Revolución Cultural china.

Y ya dentro del cine norteamericano, además de las de la citada West Side Story, escenas de Gigante y de Gilda, de la que extraigo una con tres de sus protagonistas: Gilda, el amante y el examante, a las que uno dos cuadros inspirados de La mirada de Ulises, del director Theo Angelopoulus, que refleja la historia de un viaje de Albania a Sarajevo en pleno conflicto de los Balcanes… Pues como digo, parte de todo esto que cuento relacionado con el cine, lo he trasladado a las telas que expongo en el Saratoga». O dicho de otra manera, son    cuadros sobre una historia cinematográfica. Cuadros con historia, vamos. Cuadros que evocan una película, o a los personajes que intervienen en ella, o a una determinada secuencia…

Sastre, con una obra extraída de la película ‘La mirada de Ulises’.

Sastre estudió Bellas Artes en Barcelona, regresando a Pollença una vez que hubo finalizado sus estudios, integrándose en el grupo de pintores que por entonces había, y sigue habiendo, «entre otros, Dionis Bennàssar», realizando exposiciones, y con el tiempo conociendo a Xim Torrents Lladó, al que llama maestro y al que califica de «pintor de fama mundial, tanto por sus paisajes como por su retratos, quien, además, me honró con su amistad».

Sastre, que a la hora de pintar se apoya en Velázquez, Sorolla y Rembrandt, reconoce que una de sus mejores épocas se inició a raíz de una exposición que hizo en la Austin Gallery, de Texas, «a donde llegué por casualidades de la vida, pues el director de la misma, yendo a Japón para asistir a la inauguración de una exposición de Xim Torrents, hizo escala en Palma, quedándose unos días, visitando en uno de ellos una galería en la que vio obra mía. Y como le gustó, se puso en contacto conmigo, ofreciéndome exponer en Austin. Naturalmente, yo contesté que sí. La exposición se inauguró el uno de noviembre, repitiendo exposición, aunque con temática diferente, cada año… ¡Durante 17 años!, siempre inaugurando el uno de noviembre. Y si dejé de ir fue porque el director falleció».

Como admira también el cine árabe, pintó el baño turco de ‘Hamam’.

Diferencias

En cuanto a cómo son las exposiciones en una sala de Austin respecto a las de aquí, Sastre opina que «son muy diferentes a las de Palma. Allí, sobre todo el día que inauguras, y más si eres un pintor poco conocido, o extranjero, como era mi caso, a la sala suelen acudir una mayoría de personas interesadas en arte, acompañadas por sus asesores, que son los que les guían y aconsejan, por lo que has de seguir las directrices que te marca el director, que son, entre otras, estar muy pendiente de estas personas, explicándoles o resolviéndoles cualquier duda que tengan. Y es que van a eso, a ver y a comprar. O cuando menos a interesarse, siempre con el asesor a su lado… Quiero decir que allí no hay el postureo de aquí. Allí, como he comentado antes, va la gente a ver y a comprar, no a que le vean y, si puede, a tomarse una copa y un canapé gratis y a hacerse fotos».

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Con Azam Jalali, su mánager.

Azam Jalali

Aparte de en Austin, Sastre, que en un momento, a lo largo de la conversación que mantenemos rodeado de sus cuadros cinematográficos, define la pintura como contar una historia, que puedes escribir con sencillez, o de forma muy elaborada, teniendo en cuenta que lo importante es que esté bien contada y que llegue a quien la contempla, ha expuesto en Venecia, Giverny (Francia), Portugal, «y en los últimos años en países orientales, como India, Tailandia, Marruecos, China, Irán, Dubái... Además de en capitales españolas, como Bilbao, Madrid, Valencia, Barcelona… Y Palma, naturalmente, como ocurre ahora, con una exposición muy cinematográfica, organizada por Azam Jalali, a quien agradezco el interés que pone en la organización y dirección de mis exposiciones, lo cual me deja tiempo libre para seguir creando». Y en cuanto al futuro, «pues sigo creando, trabajando, ahora centrado en temas relacionados con la música, especialmente jazz y blues, sin olvidar el cine, que sigue siendo fuente de inspiración». También continuará haciendo retratos, «pero retratos que no son solo retratar al personaje, sino, además de eso, introducir en ellos una serie de elementos relacionados con su personalidad, y    que surgen a raíz de la conversación que mantenemos previamente ¡Yo qué sé!, tomándonos un café. Y es que un retrato hecho a una persona que no conoces no sale igual que si la conoces».