Al contrario de lo que piensan muchos, ponerse crema no impide el bronceado. | Freepik

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Definitivamente no. Ponerse crema no impide que nos pongamos morenos. Es una importante cuestión que desmentir y con la que concienciar, ya que este tipo de creencias, además de falsas, son dañinas para la salud. El bronceado se produce por un oscurecimiento de la piel debido a la exposición a la radiación ultravioleta. Esta activa la producción de la melanina, que produce una capa protectora a lo largo de la epidermis, como escudo a las radiaciones. Sin embargo, la melanina no es al 100 % infalible, sobre todo cuando nos exponemos al sol en periodo prolongados, o dependiendo de las personas (quienes están morenos producen mayor cantidad de melanina, por lo que están más protegidos frente al sol que quienes tienen la piel blanca o los ojos claros). Por ello, es necesario ponerse la crema solar.

Otro de los más extendidos mitos es pensar que aplicándose protector solar de más alto FPS supone un obstáculo para el bronceado. Otra creencia falsa y perjudicial para nuestra piel. El protector solar está compuesta por moléculas que repelen los rayos UV, logrando que entren los mínimos posibles en la piel. El llamado FPS (el Factor de Protección Solar) que aparece en la etiqueta no hace referencia a si contiene más o menos de esta partículas, protegiendo en mayor o menor cantidad. Indica el tiempo en el que nos protege. El número del FPS hay que multiplicarlo por el tiempo que tarda nuestra piel en quemarse (unos diez minutos de media) para tener una idea de hasta cuándo estamos protegidos de la radiación del sol. Es decir, si nos aplicamos una crema de FPS 30 tenemos, estaremos a salvo durante unos 300 minutos, unas 5 horas. Aunque pueda parecer mucho tiempo, hay que tener en cuenta ciertas variables que restan eficacia y tiempo de protección. No es lo mismo tomar el sol en Mallorca que en Asturias, ni tomarlo a las 10h que a las 13h. Además, también resta eficacia si sudamos o nos bañamos.

En definitiva, ninguna crema solar es imbatible y ofrece una protección 100 % eficaz, y la radiación del sol que necesitamos para ponernos morenos es mínima, por lo que jugarse una quemada importante, con los efectos que conlleva a corto y largo plazo sobre nuestra piel y organismo, no tiene ningún sentido.