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Un estudio realizado por la compañía veterinaria CEVA arroja unas cifras reveladoras: uno de cada dos españoles desearía llevar a su mascota al trabajo. El estudio concluye que trabajar en su compañía reduce los niveles de estrés que afloran en el transcurso de la jornada. Los beneficios no acaban ahí, pues favorece la interacción social de nuestro animal y evita, de paso, que suframos por tener que dejarlo solo en casa. En aras de concienciar a la sociedad sobre estas necesidades nacía en el Reino Unido, en pleno ecuador de los 90, el Día Mundial del Perro en el Trabajo. Una cita que tres años más tarde fue adoptada por Estados Unidos y que, a día de hoy, dista mucho de estar extendida en nuestro calendario. Como de costumbre, España viaja en el vagón de cola de los avances sociales. Con todo, cada vez hay más empresas que se suman a esta estimulante iniciativa. Una de ellas es Pollença Properties, una agencia inmobiliaria en la que tienen claro que las mascotas «son uno más en la familia». Lo dice Pep Martín, director de este despacho que se adhiere a esta cita que se celebra hoy, 21 de junio.

Las cifras de la encuesta de CEVA le dan la razón: El 71 % de la población considera a su animal de compañía un miembro más de la familia y confiesa hablarle y sentirse comprendido por él, sin importar su tipología o raza, aunque el mayor porcentaje corresponda a gatos y perros. Del resto de encuestados, un 26 % afirma hablarle pero no estar seguro de que éste le comprenda, mientras que solamente el 3 % asegura no hacerlo por incomprensión, pero manifiesta que lo haría en caso de estar convencido de que éste le entendiera.

Kristian Taylor, junto a su mascota ‘Mitsuko’, que no se despega de sus pies.

Iniciativa

Una agente de la inmobiliaria, Kristian Taylor, «me propuso la idea y me pareció una iniciativa muy positiva, creo que es bueno para reivindicar a las mascotas, aunque por suerte cada vez hay más leyes que velan por su bienestar», señala Martín. Como resultado, llevan desde 2020 celebrando este día, aunque «el año pasado, por la pandemia, no trabajamos mucho en la oficina y no se llevó a cabo, pero este año la hemos recuperado», añade Anna Cillikova, lead manager de Pollença Properties. En su prueba piloto, la iniciativa no pasó inadvertida. Explica Kristian que «nos llamaron de la radio para ir a hablar del tema», y como empresa pet friendly animaron a quien lo deseara a «pasarse por nuestras oficinas con su mascota», remata Martín.

Maddie Waite, sentada en un banco tras ‘Misty’ en la entrada de la oficina.

Sobre estas líneas se aprecian imágenes de Kristian, la impulsora, junto al simpático ‘Mitsuko’, su can negro. También vemos a ‘Misty’, un golden retriever con mirada bonachona, a los pies de Maddie Waite, otra trabajadora de la inmobiliaria pollencina, en la que no se encuentra una voz más discordante y objetiva que la de Anna Cillikova, de los pocos trabajadores que no tienen mascota.

Pep Martín, en su despacho.

En opinión de la eslovaca, en la oficina «los animales se portan muy bien, están muy tranquilos y, como les damos chuches, se les ve muy contentos». El ‘jefe’, Pep Martín, que tiene un bulldog inglés, dos rateros mallorquines y un gato, sabe de la importancia de crear un ambiente de trabajo distendido y, por tanto, no ignora los beneficios que implica tener a las mascotas en la office. «Les viene bien a los trabajadores, y los perros no dan problemas, están acostumbrados a estar dentro de una vivienda».