TW
0

Seguro que más que uno conoce la expresión hacer «encaje de bolillos». Hace referencia a gestionar una situación complicada y conseguir resultados sorprendentes. El dicho no podría asemejarse más a la realidad. El encaje de bolillos es una técnica textil que se remonta al siglo XVI. Consiste en ir entretejiendo hilos, enrollados en unas bobinas llamadas «bolillos». De esta manera, y con muchísima paciencia, pueden confeccionarse todo tipo de prendas: «sábanas, chaquetas, encajes y hasta tangas», comenta Margalida Bauçà, presidenta de la Asociación Balear de Encajes de Bolillos y Bordados. Sin embargo, la técnica se está perdiendo.

Durante siglos, el encaje de bolillos se ha ido transmitiendo entre generaciones, normalmente de madre a hija. «Desde pequeña veía a mi madre jugar con los bolillos. Me llamaba la atención, así que me acercaba y fui aprendiendo poco a poco desde muy jovencita», cuenta Margalida Bauçà. Pero las nuevas tecnologías y formas de entretenimiento han propiciado su progresivo abandono. La agrupación cuenta con 120 miembros, la mayoría, en municipios de la Part Forana. Se organizan por grupos, con monitores que programan talleres y actividades.

TALLER DE ENCAJE DE BOLILLOS Y BORDADOS LAURA BECERRA _08.jpg
Encuentro en la calle Aragón.

La mayoría son mayores, de entre 60 y 80 años, «los más jóvenes tienen unos 40 años», lamenta Bauçà. Ahora todos se han unido para evitar que en pocas décadas su afición se pierda en el olvido. Cada mes y medio salen a la calle para acercar su técnica a las nuevas generaciones. En grupos divididos entre varias mesas van cada una entretejiendo sus bolillos, dando forma a sus proyectos. «Es una muestra que hacemos para darlo a conocer. Hay mucha gente que se interesa y viene a preguntar», explica la presidenta de la asociación. Lo más difícil es la paciencia que se requiere: se pueden tardar hasta dos años en tejer un chal. Eso sí, el resultado y el placer que suscita crear uno mismo sus propias prendas, confiesan, no tiene precio. Este sábado se reunieron en el Casal Joan Alcover y la próxima cita será, ya pasado el verano, el 24 de septiembre en Can Pastilla.