Junto a Diana de Francia, Carl de Württemberg tuvo seis hijos: Federico, fallecido en 2018, en un accidente de tráfico, Matilde, Eduardo, Felipe, Miguel y Fleur.
Carl, su esposa, Diana, y sus hijos pasaron largas temporadas en Mallorca, con residencias propias: Zherezade, la primera, situada en la zona del antiguo Casino; La Perla, en la carretera de Andratx al puerto, y la última, Flor de Lis, en Esporles, que sigue siendo propiedad de la familia, y en la que, sobre todo Diana, disfruta del buen clima de Mallorca durante varias semanas al año, cosa que no pudo hacer, al menos durante el tiempo que hubiera deseado, el Duque, debido a su estado de salud. Por todo ello, los Württemberg son una familia conocida en la isla, donde siguen teniendo amigos.
Durante muchos años, el Duque y su esposa fueron los dueños de un yate, en el que se citaban con sus hijos y nietos para navegar por aguas del archipiélago. Los Duques pudieron haberse emparentado con la Familia Real española en el caso de que la relación que mantuvieron durante un verano la infanta Elena con el hijo de aquellos, Eduardo, hubiera progresado.
En cuanto a distinciones, el Duque Carl fue Caballero de la Orden Teutónica, le concedieron la Medalla de Oro Grand Staufer del estado de Wurtemberg y la Medalla de Oro de la Universidad de Hohenheim. Dedicó su vida al trabajo, dirigiendo negocios familiares.
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