El perro es, como las personas, un ser social y, por tanto, siente la necesidad de estar rodeado de otros animales. | Pixabay

TW
0

Tu mejor amigo puede que tenga dependencia emocional de ti. Y no estamos hablando de un humano. Los perros con capaces de desarrollar tal cariño por sus dueños o alguno de sus convivientes que pueden llegar a sufrir episodios severos de ansiedad ante la falta de estos. Es lo que se conoce como «dependencia emocional». El can es, como las personas, un ser social y, por tanto, siente la necesidad de estar rodeado de otros animales. Es importante que, desde pequeño, aprenda a socializar correctamente. De lo contrario, si lo criamos sobreprotegido en una burbuja en la que siempre estamos con él, podemos llevarle, sin quererlo, a depender totalmente de nosotros. Estos son los síntomas que puede sufrir tu perro si tiene dependencia emocional:

  • Llora
  • Aúlla
  • Se esconde
  • Te sigue a todas partes
  • Te trae juguetes constantemente
  • Se pone panza arriba o te toca con la patita, demandándote cariño
  • Se sienta delante de ti y se te queda mirando
  • Se rasca cuando no le prestas atención
  • Cuando vuelves, se muestra excesivamente efusivo. Salta, gime y exige cariño.

Esta dolencia puede tener varios factores, como un destete precoz cachorros, que no le haya dado tiempo a aprender socialmente de sus hermanos y su madre; una experiencia traumática; un 'hiperapego' a una persona en concreto por pasar demasiado tiempo solos -o con ella- o no haber aprendido a socializar de forma correcta con personas y otros animales. Si detectas estos problemas es muy importante corregir el comportamiento cuanto antes. Intenta que conozca a más perros o que se acostumbre a la presencia de más personas. También puedes enseñarle juegos con juguetes para que se entretenga cuando no estés o implicar al resto de integrantes de la casa en los cuidados del can (paseos, baños o juegos) para que se acostumbre a la compañía de otros. La clave es que aprenda a gestionar la soledad y a socializar.