Eva Serra, del Ajuntament de Calvià, junto a Anna Berenguer y Gemas Hevia, organizadoras del festival. | Teresa Ayuga

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Para los espirituales, para los yoguis, para los amantes de la vida natural... Mallorca Yoga Festival concita del 3 al 5 de junio a un significativo elenco de nombres propios del yoga y otras disciplinas afines, desplegando más de 15 actividades centradas en la salud y el bienestar, que incluyen charlas, workshops y conciertos que conectan con la filosofía del crecimiento personal. La Finca Galatzó acogerá la fiesta inaugural, pero el grueso del programa se desarrollará en el Palau d’Esports Melani Costa de Calvià.

En los últimos años se han multiplicado los aficionados al yoga, una disciplina milenaria que brinda salud física, emocional y mental, y favorece el equilibrio de esos campos. No solo se trata de posturas, sino de una filosofía de vida que permite a las personas ser más conscientes de sus pensamientos y liberarse del estrés y la ansiedad, entre otros beneficios. Por todo ello, el yoga se encuentra en crecimiento y vive un boom desde el inicio de la pandemia. Con el confinamiento, nuevos seguidores adoptaron su práctica a través de clases virtuales y ahora ocupan plazas y centros especializados.

El auge de esta disciplina que busca la comunión de cuerpo, mente y alma incentivó a Anna Berenguer y Gema Hevia a impulsar el primer festival de yoga de Mallorca. «Vimos que el yoga cada vez tiene más presencia en Mallorca, sin embargo no cuenta con ningún evento que congregue a los aficionados de la Isla. Queríamos hacer un festival que ofreciera un programa muy completo de actividades y fuera un punto de encuentro, por eso contactamos con el Ajuntament de Calvià, buscando su patrocinio», explica Gemma Hevia, una de las organizadoras. La respuesta del consistorio fue positiva, «vimos que era una propuesta que conecta con nuestro eje estratégico de turismo y deporte, y decidimos proporcionarles la infraestructura deportiva necesaria», valora Eva Serra, teniente de alcalde d’Esports de Calvià.

Tesoro

La Finca de Galatzó, «un tesoro idílico del patrimonio mallorquín», tal como lo describe la co-organizadora Anna Berenguer, alzará el telón del festival con una clase de meditación guiada, a cargo de Lucrecia Sarmiento, y un sound experience conducido por Savastis. Otros puntos destacables del programa son el taller de Kirtan con David Lurey, programado para el domingo, en el que se cantan diferentes mantras acompañados de instrumentos. El mismo día, se celebrará una clase de Vinyasa yoga, amenizada por la música de Anna Fabos, «toda una experiencia que une respiración y movimiento en una danza que trabaja desde la piel», explica Berenguer. También el domingo, habrá una charla en la que la Fundació Vicente Ferrer expondrá sus proyectos en la India. Asimismo, el festival se enriquecerá con la presencia de destacados maestros del yoga nacional e internacional, como Amanbir, Diego Artemizo y Fabián Doménech, entre otros nombres propios que brindarán un asesoramiento de primer nivel en un variado conjunto de actividades.

Abierto a todos

Esta programación estará dinamizada por un mercadillo artesanal abierto al público, con zona de alimentación y sonidos terapéuticos que buscan rebajar la ansiedad y el nivel de estrés. Gema Hevia confirma que el festival «está abierto a todo tipo de público», ya sean principiantes, yoguis avanzados, foodies interesados en alinearse con su cuerpo, deportistas curiosos y/o amantes del desarrollo personal... todos pueden ser parte de este evento de talante abierto y unificador. «Las actividades están pensadas para personas de cualquier edad y condición física, interesadas en mejorar su estilo de vida», zanja Berenguer.

Las organizadoras desean animar a los indecisos: «El yoga se ha convertido en una herramienta básica para estar en la vida», desliza Berenguer. Su homóloga insta a aficionados y curiosos a apuntarse apelando a nuestro ritmo de vida cotidiano, «practicar yoga es un regalo que te concedes a ti mismo en medio de la vorágine diaria, es como pulsar el play de la vida, y cuando acabas te sientes más relajado. El yoga te permite reconectar con la sencillez», más claro, agua.