La parte superior de la muralla es ideal para hacer un alto en el camino. | Click

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Ahora que hace buen tiempo, ¿os recomiendo un lugar para    pasar la tarde –o la mañana–, solo o en compañía, y además, céntrico…? El lugar es Dalt Murada, al que podéis acceder por varios sitios: descendiendo las escaleras de la Seu de Mallorca, ascendiendo por las que están al lado del que fuera lago de los cisnes, al final de s’ Hort del Rei, o entrando a la muralla por donde está el hotel Príncipe.

El camino lo podéis hacer según por donde entréis, ya bien de oeste a este, o viceversa. Lo importante es hacerlo. Eso sí, llevad ropa cómoda, y las chicas y señoras no uséis ¡jamás!, tacón, ni taconcito, sino zapatillas, o como mucho sandalias planas, puesto que el piso no es el más apropiado para tacones. Llevad también gorra o sombrero, pues, generalmente, allí hace bastante sol. Y ahora empieza a hacerse notar. ¿Qué os podéis encontrar….? Pues, sobre todo, gente de cualquier edad, sobre todo jóvenes, que sin prisa hacen lo que vosotros: caminar, hablar y disfrutar de las vistas.

Lugares donde descansar

Porque el paseo en cuestión consta de tres partes: la que ejercita vuestro cuerpo, pues si lo hacéis de ida y vuelta daréis varios miles de pasos, tres mil o cuatro mil; la social, sobre todo si camináis en grupo; y la contemplativa, pues durante el paseo, como decimos, se puede hablar de lo que uno quiera, ya bien sea caminando, ya bien sea sentados, ya que a lo largo del mismo os podréis acomodar en las diversas cañoneras –lugares donde, en la antigüedad, se ponían los cañones–, que os encontraréis mientras vayáis avanzando,    porque hay varios,    y todos con asientos. O, si no, charlad y contemplad lo que más os llame la atención instalados sobre la muralla, pues es lo suficientemente ancha como para casi estiraros, eso sí, con precaución a fin de evitar cualquier caída desde ella.

Desde cualquiera de esos puntos, además de departir    cómodamente sentados, o tumbados, podréis disfrutar del panorama, ¡bellísimo!, de en frente, y si es al atardecer, de la puesta de sol, y abajo, del    largo del Parc, donde observaréis, desde según qué puntos, cómo el chorro de agua que brota de él, tras describir una espectacular curva en el aire, regresa al punto de salida. Igual también os encontráis sobre la muralla con alguna que otra especie de escultura vegetal, como la que vimos, más o menos en frente del chorro, que da la impresión de como si hubiera brotado de la piedra. También podéis tomar un descanso en los espacios que hay a ambos lados de la escalinata de la Seu, en uno de los cuales veréis que hay juegos para los más pequeños, o si no, en la misma escalinata, en un lateral, a fin de que no entorpezcáis el paso de la gente.

Yoga acrobático

Por otra parte, junto a las escalinatas que te dejan en la explanada, frente al lago de los cisnes              –ahora sin ellos– os encontraréis con un pequeño mercadillo top manta, y con otro en la mencionada explanada de más abajo. Y si durante el camino, viniendo desde Levante, miráis hacia abajo, en uno de los recodos que hace la muralla puede que veáis al grupo de yoga acrobático haciendo sus ejercicios, algunos flipantes, por lo difíciles    que son… Aunque con práctica todo es posible,    por lo que si os apetece, bajáis por alguna de las puertas que acceden a esa zona y preguntáis    cómo apuntaros para aprender. Seguramente allí habrá algún profesor, o alguien que os lo diga. Y es que el    yoga acrobático es un mundo un tanto especial, al que puede acceder todo aquel que se lo proponga,    y que a la vera de la muralla tiene su espacio.