Siempre han cantado en directo. Incluso cuando las condiciones de los locales no permitían la ubicación    de la orquesta, la música sonaba en ‘play back’, pero su voz lo hacía en directo, acompañada por una coreografía tan personal que solo saben hacer ellas. | JOSÉ URBANO

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De Mayte Mateos, una de las dos componentes de Baccara, grupo español que se dio a conocer en la década de 1970, además de propietaria de su logo, hace tiempo que no sabíamos de ella. A decir verdad, hacía años que no la veíamos, por lo que pensamos que estarían actuando –nos referimos a Paloma Blanco, el otro 50 % del dúo, y ella– por el Norte, Este y Centro de Europa      (Noruega, Suecia, Alemania, Estonia, Letonia, Lituania…), además de Rusia (Moscú, San Petersburgo, Kasarn, Pern, Sochi, Ufa, Ekaterimburgo, sobre todo) y Ucrania (Donetsk, Odessa, Sebastopol, Simferópol, Lviv, Kiev, etc.), puesto que son lugares donde siempre Baccara estuvo muy solicitado. Incluso pensamos que durante la pandemia andarían por ahí. Pero no, mientras Paloma la ha pasado en Madrid, Maite la ha sobrevivido en Palma, en su casa…

«Y eso ha sido así porque durante estos casi dos últimos años no hemos tenido ninguna actuación. Sí, sí... Durante la pandemia se nos han caído todas, la última, en la pasada Nochebuena, en un lugar de Las Palmas. Y en cuanto al futuro… Pues a ver qué pasa.      A largo plazo tenemos una actuación en un barco que sale de Estocolmo y que va a la isla de Oland… Pero a largo plazo, eh. Por tanto, hay que esperar a que todo se normalice». Como hemos apuntado antes, Baccara surgió hace bastantes años (en 1977, exactamente). Su presentación en televisión, cantando el Yes Sir, I Can Boogie, fue espectacular. Dos mujeres, elegantemente vestidas, cantando y bailando, y metiendo el ritmo hasta las trancas del telespectador, era cosa poco frecuente de ver. Por eso triunfaron. Por ser distintas al resto. Por aportar algo nuevo, muy personal y difícil de imitar. Y por eso estuvieron solicitadas en todas partes del mundo… Pero, siete años después, el dúo se deshacía debido a que María Mendiola pidió cantar, poner su voz, siempre, al 50 %, a lo cual la casa de discos, RCA, se negó, terminando ahí el dúo. María Mendiola, a poco, formaba otro dúo femenino, al que también llamó Baccara, mientras que Mayte hacía lo mismo, se reinventaba sin salirse del guion marcado por la voz, los movimientos y la elegancia, y daba alas al nuevo Baccara –recordemos que ella era propietaria del logo–, ahora con una sudamericana llamada Soledad,    «con la que estuve hasta que se casó», nos dice Mayte. Pero ello no impidió que Baccara continuara, pues la plaza de Soledad la ocupó la australiana Jane Camefort, «una mujer muy completa, con una bonita voz, que tocaba el violín y el piano, y que además componía música y letras de canciones que enviaba a casas discográficas… Una vez, una de estas le compró una canción, con la condición de que la cantara ella, lo cual le supuso tener que dejarme. Yo lo entendí, claro… Era una oportunidad muy buena y debía de aprovecharla. Así que nos separamos. Eso sí, con ambas mantengo una magnífica amistad. Pero como a poco entró Cristina, Baccara siguió… Aunque, a decir verdad, me di cuenta de que, a pesar de ser una buena cantante, no encajaba con nuestro estilo… Hablamos,… Ella lo dejó, yéndose con María Mendiola, y yo pensé poner punto y final, que de hecho lo hice… Aunque no por mucho tiempo, pues un amigo, Hurtado, periodista, me dijo un día que conocía a una cantante llamada Paloma, una de las voces femeninas de Década Prodigiosa, concretamente de la segunda parte del grupo, que podía formar un buen dúo conmigo, porque, además, bailaba… La conocí, probamos y hasta hoy seguimos juntas. Pero llegó la pandemia y se frustraron todos los proyectos que teníamos, quedando a la espera de ver qué pasa de ahora en adelante, cuando parece que se está dando luz verde a todos los espectáculos. Porque de lo que tenemos ganas es de volver a subirnos al avión para ir a sitios donde quieran escucharnos, sitios, seguramente, del norte de Europa, de los de antes… Porque ir a Rusia y a Ucrania, tal y como están las cosas entre ambos países… Pues también vamos a esperar a ver qué pasa».

Los viajes por tierra

Mayte recuerda que los viajes los hacían en avión y en tren, pocas veces en automóvil. «Al principio, desde Palma, podíamos volar directamente a Moscú, luego, al quitar esa ruta, viajaba a Madrid, me reunía con Paloma, y desde allí volábamos a Moscú». Y si una vez, habiendo llegado a Moscú, Estocolmo, Oslo, Noruega, etc., «si actuábamos en ciudades de esos países, tomábamos el tren. A veces, sobre todo en Rusia, desplazándonos, por ejemplo, hasta Ekaterimburgo, Pern, etc., nos pasamos ocho y diez horas en él, eso sí, en primera clase, muy cómodas. En una ocasión, estando en Rusia, hicimos el desplazamiento en coche, en una cómoda furgoneta, con chófer.. De pronto, de una caseta de madera que ni vimos, salió un policía que nos dio el alto. Hacía mucho frío, cuando le tuvimos delante, nos reconoció, «¡Baccara!», exclamó. Nos pidió un autógrafo, nos dio las gracias, se hizo a un lado y nos dejó continuar. Y es que en aquel país somos muy conocidas. Lástima que ahora haya entrado en conflicto con Ucrania, donde también tenemos muy buen cartel».

El repertorio

Baccara tiene un repertorio amplísimo de canciones, entre las que están las que le dieron a conocer y luego encumbraron a nivel mundial, como Yes Sir, I Can Boogie –18 millones de discos vendidos, además de ser reconocida como número uno en toda Europa, así como en Rusia y Japón–, Sorry I’m a Lady, Parlez vous Français, con la que alcanzaron la séptima posición en el Festival de Eurovisión’78 , Feel me, Soy tu Venus, Cara mía, una canción que ha sido grabada por todos los cantantes rusos de primera fila… Y es que, como apreciaréis, no estamos hablando de cualquiera. Por cierto, Mayte, que es riojana, de Logroño, es una enamorada de Mallorca, pues vive aquí desde hace muchos años. Sigue soltera, aunque desde hace un tiempo enamorada, con pareja.

Si mal no recordamos, la última vez que hablamos con ella, lo hicimos tomando una copa en un bar que tenía a un tiro de piedra del Passeig Marítim. «De momento, no voy a hablar mucho de este asunto –nos dice, escuetamente–, pues lo tengo en los tribunales, por estafa». Como no podía ser de otro modo, Mayte sabe que Maria Mendiola murió no hace mucho. «Lo sentí… Pero es que de ella no sabía nada desde que nos separamos. Ahora, según tengo entendido, la que fue su compañera –y mía– quiere buscarse una pareja y con el nombre de Baccara seguir cantando».