Miguel Parreño, Juanmi Hernández, Pedro Frau y Aquiles Muñoz. | Laura Becerra

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Domingo por la mañana. En un parque de Marratxí, cuatro jóvenes practican un extraño deporte ¿Es ping-pong? Está la mesa, sí, pero no se ve ninguna pala. ¿Es fútbol? Se juega con los pies y pelota reglamentaria, pero ¿dónde están las porterías? Entonces, ¿es vóley? La regla de los tres toques se cumple escrupulosamente, pero todo lo demás es distinto. ¿Futvóley? No hay red. ¿Pádbol? Imposible sin paredes. Se llama teqball y es un novedoso deporte que ha aterrizado en Mallorca hace apenas un par de semanas. Lo ha hecho de la mano de las estrellas mallorquinas de pádbol, deporte que combina fútbol y pádel y en el que Mallorca es toda una potencia internacional, con los tricampeones del mundo Juan Alberto Ramón y Juanmi Hernández como máximos exponentes.

«Desde hace años, para calentar antes de los entrenamientos o para echar un rato en la playa, solíamos poner en medio la típica mesa plegable de plástico de terraza y jugábamos a dar toques y pasarnos la pelota dando un bote en la mesa. Un día, hará dos años, vimos que a nivel internacional estaba emergiendo un nuevo deporte que era básicamente lo mismo», relata Aquiles Muñoz, actual campeón de España de pádbol. «Vimos que estaba creciendo con mucha fuerza porque los impulsores del teqball están haciendo las cosas muy bien e invirtiendo mucho dinero: fichando como embajadores a estrellas como Ronaldinho, llegando a acuerdos con clubes de fútbol, montando espectaculares competiciones muy bien organizadas y con premios abultados. Para hacernos una idea, en el último nacional de pádbol que ganamos, el premio eran 1.200 euros.

«En cualquier torneo normal de teqball, lo mínimo son 5.000 o 10.000 euros», señala Muñoz. «El año pasado estuvimos siguiendo el último mundial, nos calentamos y decidimos comprar una mesa entre Juanmi, el también jugador de padbol Pedro Frau y yo. Nos acaba de llegar y estamos enganchadísimos», asegura. «Tienes que ser muy certero y tener mucha calidad en el toque, porque el área de juego se reduce a una mesa. Es muy técnico, muy milimétrico, e increíblemente divertido», abunda Miguel Parreño, jugador de futboley y pádbol que está asistiendo a los entrenamientos. «Estamos viendo que el secreto de este deporte es tener una buena defensa y aburrir al contrario hasta que falle», explica. «Tiene varias reglas que te obligan a pensar muy rápido: por ejemplo, no puedes tocar ni atacar dos veces seguidas con la misma parte del cuerpo. Es una joya para las escuelas de fútbol, porque se entrena mucho la técnica con la pelota y la agilidad en la toma de decisiones. De hecho, casi todos los clubes tienen una mesa», indica.

«Es cuestión de echarle horas, y cada vez jugamos mejor. Hasta el punto que se han puesto en contacto con nosotros los creadores de este deporte, tras ver los vídeos que hemos ido publicando en redes sociales, para ofrecernos equipamiento y una nueva mesa que ya está en camino a cambio de que sigamos subiendo vídeos. Nos han dicho que nos esperan en el próximo mundial y que, dado nuestro nivel en padbol, nos pondremos rápido a la altura de los mejores equipos de teqball. El próximo torneo es el 18 de marzo en París, y hemos decidido participar. Estamos buscando patrocinador», asegura Muñoz.

Se proponen crear lo más pronto posible el primer club de teqball de Mallorca, para que todo el mundo pueda disfrutar de este adictivo deporte. «La idea es que la gente lo practique y entrene en nombre de Mallorca. Queremos que todo el mundo lo pruebe, porque estamos seguros de que va a tener muchísimo éxito. En general, todos los que venimos del fútbol preferimos tocar pelota a correr, y este deporte es puro toque. Es una fantasía para cualquier futbolista, y en Mallorca hay muchos aficionados al fútbol» destaca.