Un grupo de jóvenes, con mascarilla, disfruta del día en la playa. | Daniel Espinosa

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La pandemia ha golpeado a toda la sociedad española pero se ha cebado con los más débiles y la pobreza ha crecido en quienes ya partían de una peor situación: once millones de personas están en situación de exclusión social y de ellos 2,7 millones son jóvenes de entre 16 y 34 años, la mitad en exclusión severa. Es una de las conclusiones que muestra el informe «Evolución de la cohesión social y consecuencias de la COVID-19 en España» elaborado por la Fundación FOESSA y presentado este martes Cáritas para alertar de que la cohesión social en España ha sufrido un «shock» sin precedentes a raíz de la irrupción del coronavirus. En 2021 se sumaron más de 650.000 nuevas personas jóvenes (16-34 años) a la exclusión, la mayoría en situación severa, lo que supone 500.000 más con respecto a 2018 y elevan a un total de 1,4 millones de jóvenes en situación de exclusión severa. «Cada crisis aumenta la desigualdad y el impacto de esta ha sido grave y severo», ha subrayado la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro, que ha detallado que de los once millones de personas que ha dejado la pandemia en exclusión social, seis millones ya en situación de pobreza severa, lo que supone 2,5 millones más que en 2018 y la cifra más elevada registrada en España desde 2007.

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Según la investigación, a partir de una encuesta a 7.000 hogares, la precariedad laboral durante la crisis sanitaria se ha duplicado y alcanza a casi 2 millones de hogares que dependen económicamente de una persona sustentadora principal que sufre inestabilidad laboral grave (con tres o más contratos en un año o que han trabajado en tres o más empresas o que han estado tres o más meses en paro en el año). Durante la crisis, esta situación ha alcanzado a 800.000 familias y el desempleo total familiar, casi se ha duplicado, es decir hay casi dos millones de hogares donde todas las personas activas están en paro, ha explicado el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA, Raúl Flores.

Pese al aumento de la protección social, ha advertido Flores, no se ha logrado compensar esta situación y un tercio de estos hogares (600.000) carece de algún tipo de ingreso periódico. Además, la pandemia ha destapado un nuevo factor de exclusión social: la desconexión digital, «el nuevo analfabetismo del siglo XXI», ha subrayado Flores, que también ha alertado del aumento de la brecha de género ya que esta crisis ha tenido más impacto en sectores más feminizados, como el comercio o la hostelería.