Cari Serrano durante una sesión con Caramelo, un pura raza español de cinco años, al que su anterior propietario sometió a una sobrecarga de trabajo. | Pilar Pellicer

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El maestro Vikrampal Singh, experto en terapias de relajación, abrió al mundo los beneficios de la Terapia de Gong, un tratamiento de sonido que induce a un estado de profunda relajación, a través de la completa inmersión en el sonido del gong. Un instrumento muy popular en China, de donde es originario, y que inicialmente se utilizaba para expulsar demonios y proporcionar paz al alma.

Esta práctica persigue «una curación del cuerpo física, mental y emocional para liberarte de pensamientos y emociones que te están bloqueando», afirma Cari Serrano, avezada en esta técnica con la que ha cosechado excelentes resultados. De hecho, nuestra protagonista es maestra de Kundalini yoga, una variante de esta disciplina para la que se utiliza el gong.

Sonidos que sanan
Para una terapeuta es importante conectar de forma natural con el caballo.

Aseguran los expertos que el sonido del gong emite unas ondas que ayudan a purificarse del estrés y otros problemas cotidianos; también hay quien se refiere a esta práctica como ‘Baño de Gong’, ya que inunda cada célula del cuerpo en sus relajantes tonos. Una sesión puede durar entre 20 y 40 minutos y, a juzgar por algunos testimonios, resulta tan reparadora como 8 horas de sueño.

La lista de beneficios que se le atribuyen en el ser humano van más allá y abarcan aspectos como la estimulación del sistema glandular, la regeneración del sistema nervioso y, a grandes rasgos, limpiar, armonizar y sanar a todos los niveles. Este último apéndice es el que Cari Serrano aplica sobre caballos que han desarrollado algún tipo de problema, dolencia o patología. De hecho, esta joven mallorquina es pionera en Balears en el trasvase de las enseñanzas del maestro Singh al mundo animal, siendo esta una práctica aún poco conocida en el resto del país.

Enfoque

De su pasión por los caballos surge su necesidad de buscar un enfoque, no solo físico sino mental y emocional, para tratar las necesidades de cada animal; al que descifra sus problemas de comportamiento (agresividad, miedo) y sana heridas del pasado (traumas, abandonos, maltrato). Pero, ¿cómo lleva el sonido reparador del gong al terreno de los caballos? «Te tienes que presentar al caballo, para que te huela y coja confianza. Luego, poco a poco, tienes que subir la intensidad del gong, ellos reciben esa vibración que les relaja».

Cari desvela que un gong puede generar hasta 200 sonidos diferentes, y esa vibración «agita todo nuestro cuerpo, lo hace vibrar por dentro, ya seas una persona o un caballo. Piensa que somos un 80% agua, y eso favorece las vibraciones, generando una paz y sensación de bienestar increíble». En el caso de los caballos, al ser más sensibles que las personas al sonido, «pueden llegar a inducirles a un trance de relax muy grande».

Cari tiene la suerte de trabajar en un entorno privilegiado, en plena naturaleza, en el Club Hípico Son Reus. Esta joven risueña y siempre positiva cree a ciegas en las posibilidades que ofrece la vida, del mismo modo que cree en su propia capacidad sanadora, que aplica sobre sus pacientes, sean de dos o cuatro patas. Le gusta observar, sentir y compartir espacios de crecimiento, y es que la motivación, paciencia y corazón son sus puntos cardinales.

En la actualidad está tratando a Caramelo, un pura raza español de cinco años al que podemos ver en las imágenes. Nos cuenta Mady, compañera de Cari en este centro hípico próximo a la carretera de Sóller, que su anterior propietario lo sometió a una brutal sobrecarga de trabajo, «lo cual no deja de ser una forma de maltrato». La mala praxis que se utilizó en su doma derivó en un problema, «cuando tenía que ir a trabajar, el caballo recelaba de las personas». Asegura Mady que «cuando lo trajeron era un caballo al que resultaba difícil acercarse, pero gracias al trabajo de Cari ha empezado a confiar en la gente. Con ella se relaja y esto era impensable hasta hace muy poco tiempo. Cari le ha ayudado mucho a nivel mental para encontrar una relajación». Y todo esto en apenas siete sesiones.

Aunque Caramelo está a punto de dejar atrás sus problemas, lo cierto es que podrían haberse ahorrado con un modelo de doma más moderno y respetuoso con el animal. «La doma de caballos europea es más natural, te enseña a detener el caballo con la respiración; inhalas y en la exhalación el animal nota como sueltas las piernas, se relaja y para. Creo que es la forma correcta de domar a un caballo. La doma española, por contra, consiste en la fusta y tirar de las riendas, es una mentalidad equivocada que habría que cambiar».