Notas en Lluc

Jaume Pol, de Binissalem, y Tomeu Rigo, de Costitx, ambos de 10 años de edad, extienden las colchas de sus camas y recogen el pijama antes de bajar a desayunar. En el dormitorio de las niñas, Alba Morante, de 13 años, lleva seis años en la residencia, mientras que María Montero, de 14 años, hace solo cinco meses que decidió quedarse a dormir, ya que su hermana Carmen, de 12 años, le animó tras la buena experiencia. Carla y Marta son hijas de la cocinera Irene Portillo, quien a diario elabora un delicioso menú, para todos, orientada por una nutricionista.

A todos, chicos y chicas, les une su pasión por la música, tocan algún instrumento y destacan el buen ambiente y la convivencia en plena naturaleza. Su tiempo libre lo llenan con charlas, juegos y excursiones por la zona.

Las clases comienzan a las nueve en punto, así que los 40 alumnos van entrando en las aulas. Mientras los residentes avanzan por el pasillo, sus otros compañeros llegan en el bus, desde Inca, Pollença, Illetes, Caimari, Costitx, Port d’Alcúdia y Cas Concos. Las clases hacen un alto a las 12.55 horas, momento en el que los blauets se dirigen a la sala de sotanas para vestirse y acudir a la basílica para cantar la Salve. Por la tarde, tienen canto de coral y práctica de instrumentos. A las 20 horas se reúnen en el comedor para cenar y a las 22.00 todos se retiran a sus dormitorios para descansar.

Tras 128 años de presencia de los misioneros de Sagrados Corazones en el Santuari, en septiembre de 2019 la Diócesis asumió su custodia y gestión. El prior de Lluc, Marià Gastalver, junto al padre Toni Burguera y el diácono Toni Moreno, realizan un proyecto diocesano que se fundamenta en la acogida y la experiencia de la cultura del encuentro. La Escolania cuenta con un equipo directivo formado por Ricard Terradas, director musical; Xisca Brunet, directora pedagógica; Magdalena Gomila, directora de colegios diocesanos; y Joan Comas, director de residencia.

Sin duda, la música se impone en el corazón de la Serra.