Aina, en la escuela de baile Empire of Dremas, donde baila desde hace dos años. | Pilar Pellicer

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Aina Bisbal ha vivido una experiencia increíble con su participación en el programa The Dancer, de TVE. Gustó tanto al público que accedió a las semifinales por la vía rápida y fue amadrinada por Lola Índigo. «Esperaba superar la semifinal y que me salvara Miguel Ángel Muñoz porque había dicho que era de las mejores». Sin embargo, no fue así, y el lunes pasado quedó eliminada. La decepción quedó subsanada en parte porque su capitana, Lola Índigo, contará con ella para la grabación de su próximo videoclip.

Aina, de 8 años y estudiante de 3º de Primaria en el colegio San Pedro, era la benjamina, y con diferencia, de los participantes del concurso. Ella baila desde hace dos años en la escuela de baile Empire of Dreams. «Desde allí nos avisaron de que el programa se había puesto en contacto con ellos para decirles que les gustaría que Aina se presentara al concurso porque habían quedado impresionados con los vídeos que habían visto de ella en las redes sociales», explica su madre, Dorita Hurtado.

Aina baila desde los tres años pero, aunque se pudiera pensar que es un terremoto, se trata de una niña muy tranquila. «Me gusta mucho pintar y jugar con mis amigas», explica. El baile le gusta tanto en todas sus formas que no le basta con acudir a la escuela de lunes a jueves, sino que los viernes va también a ballet. «Y también me gustaría aprender claqué», a lo que su madre contesta: «Aina, ya no quedan más días en la semana».

Tanto ella como su madre destacan el buen trato recibido, la dureza de las grabaciones, con jornadas de más de 12 horas, y la simpatía del equipo. «La mejor es Lola (Índigo) y el peor Miguel Ángel (Muñoz), pero porque no me salvó».

Aina Bisbal con Lola Índigo.