Javiera Flaquer, posa antes las aguas del mar Caribe.

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Javiera Flaquer (Sant Llorenç des Cardassar, 1991), ha decidido cambiar Mallorca por el Caribe mexicano. En Tulum trabaja Javiera desde febrero pasado. Graduada en Publicidad y Relaciones Públicas, y máster en Dirección de Moda por la revista ELLE, puso más de 8.000 kilómetros de distancia tras finalizar su contrato como diseñadora gráfica en una agencia de comunicación de la Isla. «Justo antes de estallar la pandemia, concretamente en enero del año pasado, se me terminó el contrato y no me renovaron. Tras darle muchas vueltas decidí poner tierra de por medio e irme a Tulum a ver a unos amigos», comenta la joven.

Flaquer explica que tras pasar una semana por la costa caribeña quedó prendada de esta localidad, asentada en la costa del estado de Quintana Roo. Decidió probar suerte, vía Facebook, y solicitar una vacante como recepcionista en un aparthotel de la zona. «Aquí es muy común que la gente busque trabajo a través de las redes sociales. En España no encontraba trabajo, así que decidí arriesgarme y probar aquí. Mi sorpresa fue que el mismo día que solicité el puesto me llamaron para una entrevista y me contrataron», sostiene.

Flaquer lleva desde el pasado mes de febrero trabajando en Tulum y comenta que «en principio tengo previsto volver a casa a finales de octubre, pero nunca se sabe, puede que me quede unos meses más».

Uno de los principales atractivos de Tulum son los imponentes restos arqueológicos mayas, situados sobre un acantilado frente al mar Caribe. Bajo el acantilado se encuentra la playa del Paraíso, una de las más aclamadas de toda la Riviera Maya por el azul turquesa del mar y la fina arena blanca. «Esta playa es un oasis entre la selva y las aguas cristalinas del Mar Caribe», apunta Flaquer. «Desde hace un tiempo atrás, Tulum se ha puesto de moda. Cada día veo cómo entran y salen del hotel celebrities e influencers. La gran mayoría vienen a disfrutar de sus parajes, cenotes, playas y restos arqueológicos mayas», comenta la mallorquina. Según explica Flaquer, la zona turística, donde se encuentran la mayoría de resorts, está llena de americanos y europeos que buscan alejarse del bullicio de las ciudades. «Yo vivo en el pueblo de Tulum, una zona mucho más tranquila, donde reside la gente local. El ritmo de vida es mucho más tranquilo y aunque hay turistas, todo funciona mucho más pausado».

La mallorquina afirma haberse adaptado a la perfección a la vida sosegada que ofrece ‘el pueblo de moda de la Riviera Maya’. «Aunque hay turismo, el pueblo todavía no está masificado y eso hace que el encanto de Tulum siga latente».