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Si les pareció un escándalo que la ministra de Igualdad, Irene Montero, utilizara el «todes» en un acto público puede que no entiendan en absoluto a Mark Bryan, un ingeniero robótico heterosexual, cisgénero, de 62 años y residente en Berlín que últimamente ha cobrado una cierta popularidad en las redes sociales, después de que Cultura inquieta nos lo diera a conocer.

Para aquellos que no lo tengan claro, cisgénero es un término derivado del ámbito de los estudios de género para referirse a los individuos que se identifican con el género con el que han nacido, esto es con la identidad, comportamiento o rol considerados apropiados en relación al propio sexo de nacimiento. Dicho de otro modo, un cisgénero se opone por norma general al término transgénero.

Pues bien. Según esta publicación especializada en tendencias, lifestyle y arte Mark Bryan vestía de forma absolutamente normativa y convencional hasta hace cinco años. En ese momento su mente hizo un clic y comenzó a vestirse como de verdad le gusta, con tacones de aguja y faldas de distintos tipos, colores y tejidos.

Escoge este atuendo elegante y aparentemente no muy cómodo para ir a trabajar. La razón es muy sencilla: básicamente le gusta vestir así y seguramente no pase mucho tiempo de pie.

Según ha mencionado Cultura inquieta en Instagram para este influencer poco preocupado por la imagen que de él tengan los demás la ropa no debería tener género. «'Quiero que la gente me vea y piense en lo bien vestido que estoy en vez de debatir mi sexualidad'. ¿Qué os parece?», preguntaba esta plataforma. Las reacciones no se han hecho esperar, y las hay variadas.