Miguel Soler muestra una de sus guitarras.

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Miquel Soler se licenció en 1992 en Publicidad Y RRPP en la Facultad de CC. de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su carrera como creativo publicitario en Mediterránea Internacional de Publicidad. En 1998 se asoció a la agencia Gallega Terra. En 2000 regresó a Mallorca y fundó, junto al diseñador Toni Sorell, el estudio SoleriSorell, germen de la agencia de Sssit Publicitaris tras la incorporación de Fernando Truyols y Silvia Soler a la sociedad. En 2015 arrancó con este proyecto más personal, Solo Guitars, como una necesidad de encontrar un espacio alejado de las nuevas tecnologías y más cercano a la artesanía. Además de la fascinación que desde niño tiene por las guitarras, las cuales le han acompañado durante toda su vida. Tras la disolución de Sssit, le dio el empujón definitivo a este proyecto, que combina con trabajos de dirección creativa y de arte en el entorno de la comunicación y el marketing digital.

¿Qué hace que sus guitarras sean especiales?

—Solo Guitars es una ‘puesta al día’ de lo que conocemos como guitarra clásica desde un punto de vista muy personal. A nivel estético, la sobriedad y sencillez de sus formas. La ausencia de la ornamentación, habitual en este tipo de guitarras, es su principal seña de identidad. En el terreno acústico, la búsqueda de un sonido más íntimo, menos brillante, con dominio de medios tonos. Un sonido más cercano al jazz o la bossanova que al repertorio clásico o el flamenco. Además, hay un severo ejercicio por favorecer la ‘ergonomía’ del instrumento, lo que se denomina ’tocabilidad’ (del inglés, playbility). Un ligero ángulo en el diapasón, una acción (distancia entre las cuerdas y los trastes) muy baja, la inserción de un alma mecánica en el mango para que cada músico pueda hacer el ajuste más adecuado a su manera de tocar...Y por último, la sostenibilidad. En la construcción de nuestras guitarras solo se utilizan maderas 100% certificadas (FSC), es decir, procedentes de explotaciones responsables. Esto nos limita en el catálogo de maderas del que disponemos, pero son más que suficientes y siempre de la mejor calidad. Utilizamos pino abeto europeo y cedro americano para las tapas armónicas, caoba y arce para los aros, fondos y mangos y ébano o palisandro para los diapasones.

¿Quiénes las han tocado?

—Poco a poco se va configurando el perfil de nuestros clientes. Somos una marca reciente y la construcción de una guitarra artesanal requiere de unas 200 horas. Hemos hecho test de los prototipos con músicos, profesores de conservatorio y aficionados. Todos han aportado sus sensaciones que han acabado de configurar los diferentes modelos que hoy ofrecemos.

¿Quién le gustaría que la tocara?

—Cualquier músico o aficionado que entienda la sensibilidad de una SOLO. A los guitarristas, tanto profesionales como amateurs, nos gustan mucho, mucho (repite) las guitarras. Y es habitual tener una pequeña o gran colección. Cada guitarra se puede asociar a un estilo y también a un estado de ánimo. Buscamos la guitarra adecuada que exprese cada momento. Algunos de esos músicos, como el danés (con residencia también en Mallorca) Jacob Gurevitsch, apreciaron y eligieron una SOLO para alguno de esos «momentos musicales». Realmente, ahora, con el proyecto ya maduro, estamos empezando con la comercialización. Sin prisas, esto es un ‘negocio’ de placer. Ojalá lleguen a conocernos y tocarnos muchos músicos y aficionados, pero no sabría darle un nombre concreto. Me gustan todos los músicos que saben extraer el sonido de una SOLO.

¿Cómo se divide el trabajo con Javier de Bona?

—En 2020, Javier, que además de ser otro gran apasionado de las guitarras es ingeniero aeronáutico reconvertido a fotógrafo (él se encarga de la imagen fotográfica de las guitarras), se incorporó al proyecto. Hemos desarrollado juntos un sistema de varetaje flotante que ofrece armónicos diferentes a los del tradicional abanico. Un sonido más...’moderno’. Su mentalidad de ingeniero hace que nos cuestionemos todos los aspectos, tanto acústicos como constructivos. Estamos desarrollando también un nuevo concepto de guitarra electro acústica y esperamos tener en abril el primer prototipo. Estamos muy expectantes e ilusionados.

¿Lo más complicado es conseguir la madera adecuada o dar con el diseño perfecto?

—Se trata de un equilibrio entre ambas cosas. No buscamos la perfección (hay una larga tradición de guitarreros en España que hacen cosas maravillosas, trabajos de marquetería perfectos). Solo Guitars se apoya en cuatro patas fundamentales: diseño, ergonomía, acústica y sostenibilidad. A esto, además, le añadimos una quinta; que el precio, teniendo en cuenta que hablamos de guitarras hechas a mano, sea razonable, asequible, dentro de este segmento de instrumentos. El objetivo es llegar a producir entre 20 y 30 guitarras al año. No más. No aspiramos a ser una industria, solo artesanos del siglo XXI. (sologuitars.es)