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Hace ahora algo más de un año, en diciembre de 2019, Laura Matamoros vivió, quizá, los momentos más angustiosos de su vida. La influencer se ha abierto en canal para sus seguidores y ha relatado el difícil momento por el que tuvo que pasar hasta que los médicos dieron con el diagnóstico de la enfermedad que arrastraba.

Así, en los stories de Instagram, la hija de Kiko Matamoros ha explicado que, debido a sus dolores y vibraciones en la zona del ojo y de la nuca, acudió al oftalmólogo.

Para su sorpresa, la derivaron a que le hicieran un TAC de urgencia. «Había que descartar un tumor en la cabeza y, después, descartar la esclerosis múltiple», ha contado la joven, que asegura que esas horas fueron muy angustiosas en un día que tilda como el «peor» de su vida.

Afortunadamente, ha contado, ni tumor ni esclerosis, pero sí otra enfermedad. «Me diagnostican que tengo un glaucoma de tensión baja, y, aparte, tengo dañado el nervio óptico, lo cual veo muy poquito y de la mitad del ojo para abajo apenas tengo visión. Un 20 por cierto», ha dicho en su relato, que quiere que la gente se lo tome como consejo.

Hay que recordar que su padre, Kiko Matamoros, también tiene esta enfermedad, por la que dijo, además, que tenía miedo a quedarse ciego.