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Ana Obregón ha puesto un colofón de altura al año 2020, un año en el que ha tenido que afrontar la peor pérdida, la muerte de su hijo Álex Lecquio a sus 27 años de edad víctima del cáncer. En las Campanadas de La 1 de TVE, la presentadora y actriz ha emocionado a la audiencia con un recuerdo especial a todas las pérdidas del año, y también a todas las personas que se han sacrificado durante los difíciles meses vividos. Aunque, claro está, había palabras especiales para su hijo.

«Lo más importante en esta vida es dedicar tiempo y amor a las personas que quieres, para eso tienes que tenerlas contigo y para eso hay que ser responsables. Los españoles lo somos». «Cada año dando las Campanadas desde aquí he mandado un beso a mi hijo, este año no lo puedo hacer, se lo mando al cielo», ha expresado con gran emoción.

«Si yo quería estar aquí como una madre que ha perdido a un hijo es por dar un mensaje de esperanza a toda España, todos lo estamos pasando mal y solo depende de nosotros», llamando a la responsabilidad. Asimismo, ha solicitado «más dinero para investigación al cáncer», cuyos enfermos, ha dicho «son los grandes olvidados».

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Ana Obregón ha precisado que «la mayoría» de los jóvenes se están comportando como cabe esperar en los momentos críticos, y ha pedido especial atención a todas las medidas de higiene y sanitarias que juntos hemos aprendido. «Hay que vacunarse», ha enfatizado, como forma de recuperar ámbitos en la vida que hemos perdido. «Para que esas sillas vacías no lo estén para siempre vamos a ser responsables».

Por su parte, Anne Igartiburu ha sido la acompañante de lujo para Ana Obregón, toda una veterana en la Puerta del Sol, donde ha despedido el año desde 2008. Igartiburu ha desempeñado su papel ante la más que previsible emoción mostrada por su acompañante, y la ha apoyado en el momento en que se le han humedecido los ojos. Todo un reto profesional al que ha respondido de forma notable.