El cangrejo azul se pesca con una caña y un salabre, y se emplea una alita de pollo como cebo. | Pere Bota

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!Esto está infestado! ¡En 10 minutos hemos llenado el cubo!», exclama Alejandro Fernández, pescador aficionado que no para de sacar grandes ejemplares de cangrejo con patas de un vistoso color azul en aguas cercanas a la Albufera d'Alcúdia. La técnica es sencilla: una caña de pescar y una alita de pollo como cebo, al que los cangrejos se agarran con sus poderosas pinzas, y son atrapados con un salabre.

Fernández asegura que fue el primero que alertó de la presencia de esta agresiva especie, originaria del Atlántico norte, en aguas de Mallorca. Fue en agosto de 2017, en Platges de Muro. «Lo primero que hicieron fue ponerme una multa de 250 euros por atraparlo», se queja Fernández. Y es que, hasta hace tres días, no se permitía capturarlos, a pesar de ser una especie invasora, sino que se pedía a quien los avistara que se limitara a notificarlo a las autoridades.

Frenar la expansión

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Con objeto de frenar su expansión, el Govern y el Consell de Mallorca han empezado esta semana a conceder licencias para su pesca, únicamente con fines recreativos y sin posibilidad de vender las capturas, empleando unos utensilios y artes de pesca determinados y en un total de once zonas perfectamente delimitadas. «Son fundamentalmente zonas de humedales, albufera, ‘gorgs’ y desembocaduras de torrentes, donde se mezclan el agua salada y agua dulce, su hábitat natural», explica Jaume Tomàs, director de Cooperació Local i Caça del Consell de Mallorca. «De momento, solo se ha permitido su pesca en Mallorca, y en función de los resultados que se obtengan, nos plantearemos ampliar la iniciativa al resto de islas», explica Ivan Ramos, jefe del Servei de Protecció d’Espècies de la Conselleria de Medi Ambient del Govern. Por supuesto, ninguna de las zonas permitidas afecta a espacios protegidos.

Depredadores

En este sentido, Alejandro Fernández advierte que «la Albufera de Alcúdia debe estar completamente infestada por estos despiadados depredadores» que, asegura, «se han adaptado y arrasan con todo: se comen los cangrejos autóctonos, las almejas, los pescados de la zona como el reig o la llisa, e incluso atacan a los patos». «Son tan agresivos que, tras pescarlos, se agreden unos a otros en el cubo, e incluso son capaces de saltar para atacar», añade. «Además, son rápidos, fuertes, tienen muy buena vista y son enormes, ¡los he visto de hasta 70 cm!», exclama. En este punto, Jaume Tomàs sostiene que, en Balears, «todavía no podemos hablar de una situación de plaga de cangrejo azul. Permitiendo su pesca controlada, queremos evitar que se convierta en un verdadero problema». «Ya vamos tarde», discrepa Fernández señalando al cubo lleno de cangrejos.

Sea como sea, este nuevo producto gastronómico abundará estas fiestas en los banquetes navideños de muchos pescadores aficionados de la Isla, ya sea cocido, en arroz caldoso, en caldereta,... En cuanto a su interés gastronómico, «su nombre científico, Callinectes sapidus, significa ‘cangrejo sabroso’ en latín. Con eso te lo digo todo», remacha.