Javier Escobar. | Ultima Hora

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Era "el Relaciones públicas" y así solía presentarse. Javier Escobar (Barcelona, 1954), modelo y empresario catalán que siempre mantuvo una estrecha vinculación con Mallorca, ha muerto a los 66 años de edad en la Ciudad Condal. Con él la moda española adquirió una proyección internacional y por primera vez las Olimpiadas de Barcelona la homenajearon con las tops models de los 90. Arquitecto de las fiestas más elitistas de Europa, bodas incluidas, Escobar siempre mantuvo una relación muy especial con la Familia Real española.

Su carrera como modelo se inició de forma casi casual. Cuando Giorgio Armani lo conoció en una playa de Eivissa y le propuso ser la imagen de su campaña. Eran los años 70 y Escobar inició de esta manera una vida a caballo entre París, Londres y Nueva York.

Catalán orgulloso y monárquico acérrimo, su relación con el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía siempre fue muy estrecha, al igual que con Felipe VI. Tuvo la oportunidad de recojer unas flores del ramo de novia de Letizia del sitial que colocaron en la catedral de la Almudena el día de la boda de los actuales reyes de España. Se trabataba de unos nardos. Escobar tuvo la idea de mandar las flores que había recogido, junto a una nota, a Letizia. Con el paso del tiempo se supo que la reina decidió enmarcarla y tenerla en su mesita de noche.

Durante su etapa como modelo, fue el alma de la Pasarela Gaudí. Íntimo amigo de Miguel Bosé, su éxito como empresario le llegó con la agencia de comunicación y moda Buque Studio, que tuvo una emblemática oficina en la calle Muntaner de Barcelona. Junto a Egidio Ghezzi, su pareja durante muchos años, no tardó en situar a Buque Studio en lo más alto. Si cualquier firma internacional quería presentar algo en España, era a él a quien llamaban. Se especializó en moda, pero tampoco dio la espalda a la organización de grandes eventos para el mundo de la banca o la empresa.

Licenciando en Comunicación y Derecho, siempre se consideró una persona de izquierdas, aunque entre sus círculos de confianza solía apuntar que el lujo era patrimonio de la derecha. Su adicción a las drogas, con las que empezó a flirtear desde muy joven, marcaron a fuego el rumbo de su vida. Durante su estapa en la Isla estuvo varias veces en Proyecto Hombre. Su gente más próximo solía decir que no sabía gestionar el éxito y la euforia. En la Isla dejó su firma en el Village de la Copa del Rey de Vela, el Polo de Engel & Völkers, la pasarela de Puerto Portals o el 135 aniversario de la Relojería Alemana.

Tras abandonar Mallorca, Javier Escobar se instaló de nuevo en Barcelona, su ciudad natal. Su último sueño era afincarse y triunfar en Madrid, aunque nunca pudo hacerlo.