Es Trenc se encuentra con muy poca gente entre semana y bastante más los sábados y domingos, si el tiempo es bueno. | Jaime Moreda

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Es Trenc, el arenal virgen más conocido y valorado en la mayoría de las encuestas que se realizan sobre las mejores playas de Mallorca, es un paraíso disfrutado ahora sólo por los residentes, por lo menos hasta el próximo lunes, cuando lleguen los primeros turistas.
En los días soleados de estas últimas semanas de la primavera, este arenal presenta una imagen casi desconocida por la poca afluencia de bañistas, sobre todo de lunes a viernes. «Entre semana puede haber 15 ó 20 coches, pero el fin de semana aumentan hasta 150 o más», comenta el encargado del parking (7 euros por vehículo).

Martín, Eleonora, Rodrigo, Brenda y Flor en la orilla de la playa.

Es Trenc está dividida en varias playas semicirculares. La gran mayoría de los usuarios se concentraban el pasado martes en la más cercana al párking. Aun y todo, la distancia entre los usuarios es bastante más de los dos metros exigidos.

Isa y Alicia son dos amigas de Palma nacidas en Barcelona y Cartagena, respectivamente. La primera trabaja en una tienda de Inditex y, la segunda, en los comercios del Real Madrid y del F.C. Barcelona, pertenecientes al mismo dueño. «Unos días soy del Madrid y otros del Barça», bromea. Isa comenta que estos días tiene la sensación contradictoria de «estar encantada de disfrutar de este paraíso, pero a la vez triste porque los turistas nos hacen mucha falta».

Isa y Alicia, de Palma, bien preparadas para pasar un perfecto día de playa.

Disfrutando

Era la primera vez que Katherine y su hija Chloe iban a la playa este año. «La playa está espectacular y el agua increíble. Mi hija está disfrutando mucho», explicaba la madre.

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Junto a ellas estaba María, que trabaja en el sector de la hostelería, al igual que Katherine. «Estamos de ERTE, así que tenemos bastante tiempo para disfrutar, pero ojalá que a partir de la semana que viene ya podamos empezar a trabajar».

En la misma situación laboral se encontraba Sergio, que trabaja en un hotel del centro de Palma que aún no ha abierto las puertas. Este joven disfrutaba junto a su novia, Laura, estudiante de ADE. «Hacía años que no veníamos a esta playa y nos hemos decidido porque pensamos que no iba a haber mucha gente», explicaban. Además de la sombrilla y la nevera, no faltaba en su kit playero un pelícano hinchable. «En verano nos gusta movernos e ir a playa diferentes y así lo haremos también este año».

Martín, Eleonora, y los hermanos Rodrigo y Brenda son cuatro argentinos que, junto a su amiga Flor, de Uruguay, pasaron una divertida jornada. «Esta playa nos encanta y, además, el agua está increíble».

Martín, Eleonora, Rodrigo, Brenda y Flor en la orilla de la playa.

Pena y alegría

Bàrbara, vecina de Porreres, daba un paseo por la playa con una amiga cuando se paró para comentar: «Siento mucha tristeza al ver todo cerrado pero, por otra parte, alegría por disfrutar de este paraíso en estas condiciones. Puedes caminar, nadar, el agua no puede estar más limpia, pero sobre todo la diferencia está en el ruido o, mejor dicho, en la ausencia de ruido. No se oyen motores de barcos, ni de avionetas...y eso ya es lo más».