La tuna se mantuvo hasta 1978, pero buena parte de sus miembros se reúnen cada mes. | Gabriel Alomar

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La primera tuna de Mallorca celebra sus recuerdos tras más de 50 años. Una de las tradiciones más arraigadas y populares en España, la tuna o estudiantina, no ha tenido en Mallorca la misma proyección social. La ausencia de estudios universitarios hasta la creación de la UIB pudo haber influido en esta circunstancia. Hace poco más de 50 años, un grupo de estudiantes pertenecientes a la entonces Escuela de Comercio, constituyeron la primera tuna conocida en la Isla. Fue aquella una experiencia breve, pero intensa, hasta el punto de que a día de hoy la mayoría de sus componentes aún se reúnen con una frecuencia mensual para celebrar con una comida de fraternidad los recuerdos de aquellos años de serenatas por calles y escenarios.

«Eran tiempos muy distintos. Fue allá por 1969 cuando constituimos la tuna y se mantuvo unos años, hasta 1973, creo recordar», indica Pep Matas. «Por aquel entonces, también íbamos a los hoteles, así como a fiestas y celebraciones. Y nos pagaban bien. Fue una experiencia que aún mantenemos viva con estos encuentros.» En el Club Náutico de Cala Gamba conocemos a buena parte de los componentes de aquella pionera tuna mallorquina que, como no podía ser de otra forma se trajeron sus guitarras, bandurrias y hasta un laúd para interpretar algunas de aquellas galantes melodías. Todas ellas dedicadas a las mujeres que prestaran sus oídos y su corazón; en ocasiones, fortuitas; en otras especiales, o también en fechas señaladas, como las tradicionales rondas nocturnas durante Sa Nit de les Verges.

«Estos encuentros ahora tienen un carácter nostálgico y entendemos que son canciones que pueden gustar más a personas de cierta edad que vivieron aquella época y tienen más de 45 años. Pero su calidad reconocida las hace imperecederas», indica Pep Martínez, cuya voz suena igual de potente y afinada que hace medio siglo. Junto a él, Pep Matas, gran artífice de esta citas con el recuerdo.

Bajo la batuta de Miquel Masot, director de la Coral Rotaria Mallorca, resuenan los acordes de otros tiempos en unas serenatas que recorrieron Mallorca, desde la plaza Mediterráneo en la época dorada de Gomila, o en Can Gonzalo, en Génova, hasta el complejo turístico del Club Tropicana, en Cala Romántica. Algunos viajaron también al extranjero, aunque dentro de los grupos de coros y danzas. Muchos conservan aquellos trajes. Otros forman parte del grupo de habaneras Ben Trampats. O también de grupos musicales de la tercera edad.