Miquel Àngel Serra y Angie Serna, con una grulla, en Pájaros Arnaiz. | Alejandro Sepúlveda

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La primera vez que Miquel Àngel Serra, de 30 años, entró a una de las jaulas de las ardillas de la sede central de Pájaros Arnaiz estuvo dos semanas sin poder cerrar las manos por los mordiscos que recibió. Era un novato en aquel entonces, un pupilo de Miquel, Magdalena y Antoni Arnaiz, los hermanos y entonces propietarios de la empresa, que tiene 80 años de antigüedad.

El joven al que hace casi una década le mordían las ardillas y lidiaba con todo tipo de animales en las instalaciones del Camí de Can Mallol, en Palma, ha cogido el testigo de Pájaros Arnaiz. La filosofía de trabajo es la misma: importar y exportar animales alrededor del mundo y vender accesorios y alimentación.

Legado

«Siempre hay una historia de algún mallorquín vinculada a Arnaiz», dice su nuevo propietario, que quiere conservar «impecable» el legado de la familia.

PALMA.

La emblemática pajarería, la primera tienda de animales que abrió en Palma al finalizar la Guerra Civil en 1939, seguirá ocupando su lugar en La Rambla. No cambiará nada. «La idea es abrir al público en 2020 la sede central, que tiene 4.500 metros cuadrados y alberga aves, reptiles y roedores», comenta Serra que, junto a su pareja, Angie Serna, ha abierto una guardería para animales en el recinto.

«Nuestra intención es que las familias interactúen con los animales ya que, a día de hoy, muchos niños solo han visto algunas especies a través de la pantalla del móvil», indica. «Venir aquí será una experiencia, nosotros somos intermediarios que encontramos familias para los animales», matiza Angie Serna, de 29 años. «Las nuevas tecnologías están deshumanizando a las personas, basta ver una cena familiar o una reunión entre amigos. Queremos que los niños recuperen la ilusión por tener un animal y por eso abriremos las puertas de Pájaros Arnaiz».