El célebre trasatlántico, amarrado en el puerto de Palma en 1998 durante sus cruceros semanales. | VIMA

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El Rotterdam cumple 60 años. Concebido cómo un auténtico buque de Estado en los Países Bajos y conocido como ‘La Gran Dama’, en la actualidad es el único trasatlántico histórico que se conserva en Europa.

Fue botado por la reina Juliana el 13 de septiembre de 1958 en los astilleros Rotterdasmse Droogdok. Se inauguró a finales de 1959 y así emprendió su primer viaje entre los puertos de Rotterdam y Nueva York. A continuación, realizó algunos cruceros, y en 1960 efectuó su debut en el puerto de Palma.

Buque almirante de la legendaria naviera Holland America Lijn, su peculiar diseño con dos tubos a popa a modo de chimeneas fue revolucionario para su época y marcó una tendencia que siguieron otros trasatlánticos y también las motonaves de Trasmediterránea de la clase Juan March.

Su acomodación para 655 pasajeros en primera clase y 801 en turista, se reducía a 730 en clase única durante los viajes turísticos. Y como tal alcanzó el récord de viajes realizados alrededor del mundo. A finales de la década de los años 90 fue adquirido por la firma estadounidense Premier Cruises y rebautizado con el nombre de Rembrandt, en honor a sus orígenes neerlandeses. Tras la quiebra de la naviera en 2000, fue objeto de una campaña destinada a su preservación como patrimonio histórico naval de los Países Bajos.

Tras una cuidada restauración en varios astilleros, en 2010 reabrió sus puertas al público en su puerto de nombre y matrícula, Rotterdam, donde permanece ahora con una doble función turística y cultural. Entre sus instalaciones destaca el magnífico salón Ritz Carlton, con su doble altura y con un gran panel pictórico. Ahora es uno de los contados ‘ocean liners’, junto con los míticos Queen Mary y el Queen Elizabeth 2, que han sido preservados del desguace. Su estética, clásica y elegante, contrasta por su belleza con el aspecto masificado de los modernos megacruceros.