Los primeros. José Cáceres (camarero), Agustín Martínez (fotógrafo), Biel Barceló (celador), Aspirino (payaso de La Sonrisa Médica), Silvia Perelló (enfermera) y Anna Torrent (ginecóloga) son los rostros conocidos esta semana, cada día se publicará el de una nueva persona durante un año. | Agustín Martínez

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El Hospital de Son Espases es como una ciudad en miniatura con capellán, cafetería, consultas, vendedor de cupones, ONGs o incluso cartero. Si todo funciona 24 horas del día, 365 días del año, es porque tras el buque insignia de la sanidad pública balear hay unos cinco mil trabajadores anónimos que lo hacen posible. Esta campaña, Les cares de Son Espases, es un pequeño gran homenaje a todos y cada uno de ellos.

Desde el pasado 4 de noviembre y durante un año la cuenta de Instagram del hospital hace más visible a su gente anónima publicando la imagen de un trabajador con un texto sobre su vida personal y profesional. «El objetivo es reforzar el sentimiento de pertenencia a Son Espases, donde nos sentimos orgullosos de trabajar», explica uno de los responsables de la campaña que, en sintonía con el concepto de que «todos somo protagonistas», prefiere no desvelar su nombre. A quien no hay que dejar de mencionar es al fotógrafo, Agustí Martínez, que pone su ojo y talento al servicio de la causa.

Tras la primera semana de publicaciones, la aceptación ha sido muy buena, pues no solo se da visibilidad al hospital, sino que se acerca a los profesionales a la ciudadanía y se revela que en Son Espases hay mucho más que sanidad. De hecho, uno de los principales objetivos de la campaña es poner en valor el trabajo de todas las categorías, así como impulsar el compromiso y el trabajo en equipo y humanizar el espacio hospitalario.

El primero en dar el paso fue Biel Barceló, celador del correo interno y conocido por casi todo el mundo por amenizar con sus silbidos los largos pasillos del hospital donde trabaja desde que se abrió –y sumando la anterior etapa de Son Dureta– desde hace 42 años.

El de la enfermera Silvia Perelló ha sido el segundo de los miles de rostros que pueblan a diario esta pequeña ciudad. Caras que se irán asomando al mundo digital hasta quizá convertirse en una exposición o ¿por qué no? Una revista.