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El sector juguetero, muchas veces criticado por difundir estereotipos que normalmente hacen un flaco favor a sus pequeños usuarios, da pequeños pasos hacia la normalización de algo tan común y cotidiano como la discapacidad. Es el caso, por ejemplo, de Mattel, el fabricante de la popular muñeca Barbie que, tras comprobar el éxito de ventas que supone plasmar en sus productos formas más redondeadas y naturales o diferentes tonos de piel, ahora apuesta por ser inclusivo en otros aspectos.

Siguiendo esta premisa, y según informan medios como la CNN, próximamente saldrán al mercado Barbies en silla de ruedas o con una prótesis en la pierna, una forma para que las niñas y niños que se divierten con ellas acepten con naturalidad realidades con las que pueden toparse fácilmente en su día a día.

Según Mattel, con esta nueva apuesta, que se prevé que esté en las tiendas a partir del próximo otoño, contribuyen a mostrar «una visión multidimensional de la belleza y la moda», y reforzar la idea en las personas en crecimiento que no hay nada de malo en la discapacidad, al contrario.

Para llevar a buen puerto esta opción, el fabricante trabajó codo con codo con Jordan Reeves, una activista de 13 años que nació sin su antebrazo izquierdo. También estuvieron en contacto con el UCLA Mattel Children’s Hospital y con expertos en sillas de ruedas para diseñar una como las que utilizan las personas con parálisis permanente. También incorporarán otros accesorios, como rampas, para hacer hincapié en detalles como la accesibilidad.

En la compañía se enorgullecen de su compromiso con estos sectores de población, que representan un porcentaje significativo en la sociedad de cualquier lugar del mundo.